Al Mel Gibson de1981
Una niebla densa y grave
por las colinas resbala,
hasta besar en la frente al miedo
que en las trincheras se esconde,
humedece los sacos de tierra,
los humeros y las pieles,
mientras un sol cansado y vago
ni calienta ni aparece.
El alba sobre la península,
fin de trayecto y vida
en el muro de los lamentos
clava sus cartas de despedida,
el aliento trasformado en tinta,
las heridas sin fecha cierta,
la juventud en mil pedazos
y los besos que se marchitan,
y entre el fango de los unos
y las arenas de los otros,
la extensa llanura de nada,
lenguas de barro, dormidos cráteres,
alambradas q se alimentan
de jirones de tela y carne,
de gritos de hombres rotos
y de bestias de uniforme
Mel Gibson, muelles de acero
por el corredor de la muerte corre,
entre plegarias silenciosas
como mensajero de Hermes,
pero el silbato metálico suena,
anunciando Guadaña y Caronte
y la llanura se riega de nuevo
de lágrimas, dolor y
sangre.
Al fin el día levanta,
cuando el sol retorna al trabajo,
Mel Gibson llora en suelo
su derrota frente al tiempo,
las heridas fechan la cartas,
no hay saliva para tanto sobre
y mientras los hombres se alejan de
Dios,
Gallipoli olvida sus nombres.
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