Solo había asientos
en uno de esos vagones
donde se exige silencio con los que
Renfe está experimentando
en algunos trenes de media distancia.
Pocos lectores
de algo que no sea
un móvil.
Tan imposible entablar
una relación, un polvo
futuro o un asesinato.
Y el paisaje pasa tan deprisa que
parece una acuarela corrida.
Así es imposible escribir un poema.
Cada aviso de próxima
parada nos sobresalta. Por unos
segundos nos miramos a los ojos.
Me encanta!!!!!
ResponderEliminargracias Isabel, gracias Carmen
ResponderEliminar