La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

jueves, 19 de abril de 2018

La cofradía de las Cinco llagas de Guadix, reclama en 1594 una imagen de la Virgen de la Piedad que le pertenece, por PACO FUNES RODRÍGUEZ


        
         El Archivo Histórico de la Diócesis de Guadix, contiene miles de documentos y legajos “añejos” por los siglos que les contemplan y, a Dios gracias, conservados a pesar de las invasiones y contiendas bélicas pasadas. Entre esos documentos celosamente custodiados, en la caja 3433 H, documento número 27 de 1594, aparece un “pequeño” pero curioso pleito, que solicita la devolución de una imagen en la advocación de Nuestra Señora de la Piedad, propiedad de la cofradía de las Cinco Llagas de Guadix, con sede en la ermita de San Sebastián. La imagen, fue llevada a la iglesia Mayor de esta ciudad, por lo que la cofradía pide su devolución.

            El Papa Inocencio VIII, recordemos, firma la Bula de Erección de la catedral de Guadix en 1492, y es cuando comienzan sus obras sobre la mezquita mayor, que se había construido a su vez sobre la catedral cristiana visigoda existente con anterioridad a la dominación árabe, de tal manera que, probablemente, durante varias décadas aún se siguió conociendo o nombrando como iglesia Mayor. Salvando esta cuestión, las preguntas que nos hacemos pueden ser –razonables- ¿Qué imagen de la Virgen de la Piedad reclama el prioste de la cofradía de las Cinco Llagas? ¿Acaso aquella que el accitano Juan Pedernal encontró en 1490 en Baza, cuando realizaba trabajos de albañilería? tal vez sea otra muy distinta; o no. Pueden por tanto hacerse estas preguntas; ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Por qué?; en fin, distintas dudas razonables sobre la imagen de la Virgen de la Piedad de la que habla esta demanda.

            La cuestión es que, así, sin encontrar más aclaraciones, podría pensarse que hablamos de la iglesia Mayor de Baza, y de la imagen de la Virgen de la Piedad venerada en esta ciudad, aunque en la iglesia de la Merced. Imagen que da lugar a que, cada seis de septiembre, el accitano Juan Pedernal, al que conocemos cariñosamente como  Cascamorras,  se desplace desde Guadix a la vieja Basti, para recuperarla. Ya hemos recordado que, Cascamorras, encontró en Baza, hace más de cinco siglos la imagen de la Virgen de la Piedad, cuando se encontraba trabajando como albañil en lo que hoy es la iglesia bastetana de la Merced, donde se encuentra la imagen de la Virgen de la Piedad, hallada en esas obras en el antiguo templo mozárabe, donde había sido protegida la imagen. Como viene indicando la tradición, Juan Pedernal reclamó su propiedad y poder traerla a Guadix, pero a pesar de la fuerza con que la pidió, los intentos fueron en vano y, por ello, cada año debe hacer camino de Guadix, a Baza, para llegar sin mancha hasta la iglesia de la Merced y poder traérsela; así lo determinaron los tribunales tras años de pleitos y así sigue en la actualidad pues, la imagen continúa en Baza, siendo además festejada como patrona el 8 de septiembre de cada año.

            Sabemos, por tanto, que hay una imagen de la Virgen de la Piedad que se venera en Baza. También que hay una réplica realizada a finales del siglo pasado que fue regalada a la hermandad de la Piedad de Guadix, y que se encuentra en la iglesia de San Miguel de la ciudad accitana. En el legajo trascrito no especifica nada más de la imagen, ni características ni otros detalles. Solo conocemos que estaba en la ermita de San Sebastián. La pregunta o preguntas son claras. ¿Dónde está la imagen que se reclama y qué, como se indica, un tal Pedro de Mendoza mandó llevar a la Iglesia Mayor? ¿Por qué estaba en la ermita de San Sebastián? ¿Tiene algo que ver con la venerada en Baza? ¿Es la imagen que se venera en la actualidad en Baza?

Lo cierto es que estas preguntas no tienen respuesta en el legajo que trascribimos a continuación aunque es posible que tenga respuesta justamente en las distintas contiendas; tal vez destruida por los franceses o por la persecución religiosa del siglo XX, la respuesta, de momento no está disponible.

Trascripción del documento:

                        En Guadix catorce de mayo de mil quinientos noventa y cuatro años  don Francisco García de Villalobos deán provisor



            “Juan García del Corral, prioste que es de la Cofradía de las Cinco Llagas de Nuestro Señor que se sirbe en la  ermita del Señor San Sebastián extramuros de esta ciudad digo que de las insignias que la dicha cofradía tiene esta una imagen de nuestra Señora en adbocación de nuestra señora de la Piedad la qual imagen saco del señor san sebastian por Pedro de Mendoza y por pedírsela yo a Juan Muñoz prioste que fue de la dicha cofradía la bolbio a traer en una procesión y por mandado de VM se quedo en la iglesia mayor de esta ciudad donde al presente esta pido y suplico a VM  pues la imagen es de la dicha cofradía me la mande VM entregar pues es gracia que pido para lo qual firmo.



            El Archivo histórico de la Diócesis de Guadix, tiene, como decía al principio, varios miles de cajas que contienen cientos de miles de documentos bastante bien conservados. Documentos que cuentan buena parte de la historia de esta Diócesis y de los municipios que la componen, Baza, Huéscar, Guadix y sus pueblos; toda esta zona norte de la provincia de Granada, tan importante en la historia de España, antes, durante y tras la reconquista, y tan significativa para conocer como estos municipios se han forjado hasta llegar a nuestros días.

            En la medida en que este archivo histórico está vivo, y recibe a cientos de investigadores cada año en su ubicación de la antigua iglesia de la Magdalena, de Guadix, la recuperación de la historia y su significado están más candentes y más presentes que nunca para intentar entendernos un poco más, cosa que no es fácil.           

domingo, 8 de abril de 2018

EL FINAL, Por Lourdes Páez




“Nunca supo el secreto, mi amor. A pesar de los años que he
pasado a su lado, jamás se lo revelé. Esa fue nuestra promesa y así lo he cumplido. Ahora que me queda poco tiempo de vida, quiero confesarte que no me faltaron ganas de contarle que era nuestro hijo, que tuvimos que dejarlo con mi hermana porque ni tú ni yo teníamos recursos entonces para mantenerlo, y porque María ansiaba tener descendencia para salvar su matrimonio. Ni un solo día he dejado de arrepentirme de aquella maldita decisión que las circunstancias nos hicieron tomar. La misma que terminó por separar nuestros destinos. La que me llevó a vivir siempre como una mujer incompleta.
He visto en cada gesto suyo, en cada palabra, las que nunca más tuve de ti. Y no sabes cuánto me ha reconfortado tenerte muy presente a través de él… y saber que aquel amor, tuyo y mío, deja un final feliz en este mundo. Como decía mi madre, quien no tiene un hijo, no ha hecho nada importante en la vida.
Hoy te escribo esta carta para decirte que te quiero. Sé que nunca te lo dije y también intuyo que nunca me olvidaste. Llueve. Perfecto final. He cerrado el último capítulo de mi libro, donde escribí tu nombre en cada página. Sobre las letras de ese mismo nombre escritas en bronce la dejo… junto a ti. En unos momentos me encontraré contigo, mi vida.”