La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

martes, 20 de agosto de 2019

Soledad en la huerta, por José Antonio Cascales Rosa (2ª mención especial del III Certamen de Poesía por la Agricultura)



Soledad es cuando el sol del alba acaricia mi cara, 
cuando la lluvia riega los campos.
Soledad es cuando la nieve nos cubre con su manto blanco,
mientras la chimenea calienta nuestras manos.
Soledad es cuando el almendro aún en invierno,
con sus blancas o rosadas flores nos alegra al alma.
Soledad es la del ciruelo, el peral o el manzano,
que con su espesura de flor y aromas nadamos en el edén.
Soledad es la flor del olivo tardía anunciando el verano.
Triste soledad la mía, rodeado de maravillas.
Triste soledad la mía que bajo el cielo estrellado
me siento en compañía.
¿Es soledad la del estío bajo los castaños frondosos?
¿Es soledad la del otoño temprano con sus frutos carnosos?
Sabor a brevas, higos y ciruelas,
peras jugosas, manzanas apetitosas y engañosas.
Comenzó con Eva y Adán, pero aún perdura el edén.
Siento que cada día, una razón para vivir hay.
Soledad la mía en este vergel,
que me obliga a levantarme cada día
entre las primeras luces del alba.
Sabor a frutas y verduras, a cielo y a tierra.
Olor de hierba y polvo mojado despidiéndose en el ocaso.
Bendita soledad la mía, que siempre estoy en compañía.

De la nada blanca, por José Manuel Raya Medina (1ª mención III Certamen de Poesía por la Agricultura).




Caminas con tus pies en el aire,
un hombre solo, aquí, en el Valle,
cuando se levanta 
va al bar, habla, ríe, 
bebe café y copa,
fuma y se despide; 
luego se va al campo,
ese trozo de cielo en la tierra.
Tú, aquí, en el convento ficticio, 
caminas al baño,
abres a los gatos,
desayunas y demás calcios
y vas a la pantalla,
ese sitio de nadie,
intocable, sabelotodo
y sigues con los pies en el aire,
pensando en áticos subterráneos
y refugios verdes.

                                             A mi padre, un alma agrícola.

domingo, 18 de agosto de 2019

Ángeles de tierra, por Xosé Pompei (1º Premio del III Certamen de Poesía por la Agricultura)


 


Datos biográficos

Euloxio Fernández nace en un lugar de este mundo llamado Galicia, un sitio muy húmedo donde las diversas realidades tienen tendencia a fundirse, la humedad que domina en el paisaje, tiene la particularidad de acabar haciendo visible lo invisible. Le hubiera gustado nacer en      “A costa da morte” pero nació en la “Ribeira do Miño”, que tampoco está mal. Desde el mismo día en que nació, como casi todos los seres vivos, ha empezado a morirse. No habiendo llegado a realizar todavía esta fase del proceso vital, ha decidido emplear el tiempo que va entre un acontecimiento y otro, eso que solemos llamar “la vida”, a la imaginación, a la creación, a intentar que el humano sea todavía más humano, a descubrirse y descubrir. Ni que decir tiene, que ha encontrado en el teatro uno de los mejores lugares para llevar a cabo este proyecto. Por ello, tras trasladarse a Madrid en busca de todo aquello, que por desgracia en su tierra no existía, se licenció en la RESAD, estudió con algunos de los nombres del teatro nacional e internacional, y fundó la compañía Máquina Mecánica junto a Pilar Vicente, (Compañía con la que se movió por una parte de la geografía española y con la obtuvo algunos premios). En la actualidad, mientras el tiempo y la experiencia de vida van dando forma a su teatro, escribe, dirige y enseña. Le encanta la comedia para la que demuestra golpes de talento y como los clásicos, ve en el drama un enorme vehículo de conocimiento. Sin duda su capacidad para redimensionar obras y dotarlas de nueva vida es reconocida por cuantos trabajan con él.


Ángeles de tierra

Los ángeles han comido tierra esta mañana,
han dejado atrás acartonadas páginas de oración.

Con las alas abiertas para no mancharse,
han comido tierra
que iba a ser sembrada.

Sólo traían silencio, hambre
y una austeridad heredada 
de algún destronado dios.

Los ángeles están vacíos por dentro,
necesitan llenarse,
les gusta el sabor de la tierra.

Odian el vacío de las palabras que nada sacian.

A los ángeles les gustaría estar muertos
y ser tierra con la tierra,
no quieren ser las vainas
que nadie llena,
por eso devoran tierra,
la ceniza que queda tras las llamas
y carne de hombres muertos 
gris polvo de nada.

Rellenan su piel cáscara, 
se emborrachan de tierra con la tierra.

Sus nombres 
ya no suenan
en sus bocas huecas,
ni las palabras muertas
que ya nadie pronuncia.

Cada mañana
se llenan de tierra,
se asean
arrancado sus plumas viejas
y rompen el silencio con su pesado vuelo.

Negra se eleva su carne,
su viento 
ciego.







Oda a los campos, por Rafael Bailón Ruiz (3º premio del III Certamen de Poesía por la agricultura)



Datos biográficos: 

 Rafael Bailón Ruiz vive en Granada y trabaja como profesor de Lengua castellana en el IES “Ribera del Fardes”, sito en Purullena (Granada).
En su haber, cuenta con algunos premios y menciones, tales como “Ganador del IV concurso de cartas de amor de Bolaños de Calatrava” en 2015, 3er Premio en el Concurso de cartas de amor que organiza la emisora de radio Onda Marina (Fernán Nuñez) en 2011,  Premio del Público en el II Concurso de relatos Larruz Bilbao (2010) o 2º Premio en la 2ª edición del Concurso de Cartas de amor “Villa de Peligros”(año 2010), entre otros. Seleccionado para  antologías tales como “Cachitos de amor 2” con el relato “Gracias Helen” promovida por ACENS, “Eros de Europa y América” que publica Ediciones Irreverentes (el relato presentado llevaba por título “Lucía”) o  Y aguantas o te quiebran y otros relatos (impresa en Bilbao por La Visita comunicación), ha publicado también artículos y capítulos referentes a la didáctica e investigación en todo lo concerniente a la docencia, caso de “El practicum:innovaciones y experiencias para su mejora” (publicado por GEU) en 2007 o “Buenas prácticas en educación intercultural y mejora de la convivencia”, editado por Wolters Kluwer en 2012. Actualmente ha publicado el libro Sabor a palabras de mujer, cuyos beneficios han sido donados a la Asociación Española contra el Cancer.

Ha formado parte del consejo de redacción de la revista “Letra Clara” (UGR), publicación  con gran tradición dentro del ámbito de las letras y universitario.Escribe relato  y  poesía , siendo sus textos difundidos en diferentes blogs y revistas literarias: Letralia( revista de Venezuela), Elvira (Universidad de Granada) , Entrerríos (Universidad de Granada), étc.


Oda a los campos

Como pirata nostálgico
huelo los campos floridos,
mientras torrentes de agua clara
dejan su impronta en la tierra.

Sinfonía alada adorna
la majestuosa cumbre,
con gardenias y lirios
formando su manto.

Refulgente luz
alumbra la gélida noche:
fragancia a azahar,
menta y albahaca.

Surcos, azadas,
grietas en las manos,
sudor en la frente,
ala solar que sostiene
la gloria del labriego:
seguidilla que engalana
la tierra yerma y baldía.

Olivares de Jódar, por Marcelino Sánchez Pérez ( 2º Premio del III Certamen de Poesía por la Agricultura)




Datos biográfico:


Marcelino Sánchez Pérez, nacido en el año 1928 en Torreperogil (Jaén) y hoy residente en la ciudad de Málaga.  Es licenciado en Derecho por la universidad Complutense de Madrid,  donde desempeñó las funciones de Profesor Ayudante y en el Colegio Mayor Diego de Covarrubias. Ingresó por oposición en el Cuerpo Técnico de Administración del Estado y ha sido Delegado Provincial de Educación en las provincias de Albacete y Tarragona, así como Gerente de la Universidad de Málaga. Condecorado con la Encomienda de la Orden de Alfonso X El Sabio por sus servicios al Ministerio de Educación y Ciencia. Ha publicado trabajos de carácter técnico profesional y colaboraciones varias en revistas y periódicos.





I. Olivares de Jodar

¡Olivares plateados
en un alarde opulento,
árboles acaudalados 
de vibrantes rendimientos.
Olivares plateados,
muy obligadas las matas
en aquel atardecer
a ondear sus envés de plata
por el extraño placer
de las nubes y del viento
de a todas darle poder,
plan que exigía talento, 
no debiendo ellas llover 
ni él exceder sus alientos
que el bosque al enriquecer
ya urdiría acatamientos!