La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

martes, 16 de julio de 2019

ESTABA AHÍ, por Isabel Rezmo




Estaba ahí, como el beso furtivo
increpando que alguien se pose en su tacto.
Como las mañanas después que los ojos abran,
y perciban los rayos adormecidos aun por el sueño.

Pero intuía, como ese latir que apenas se oye,
como esa amalgama de señales ocultas, en la acera.
Van  robando miradas muertas y ecuánimes, viejas formas
teñidas por un dos, pero la soledad siempre miente.

Apenas quedaba un atisbo de luz en el crepúsculo de la niebla,
pero estaba ahí, intuyendo la  cruz posada en el cruce de dos
medias verdades, dos navajas cruzadas en el aire de una herida.

Y así, desterrando la sonoridad de un labio  imposible,
se marchó antes de que se cumpliera la profecía:
el saber que un café en la taza, se degusta y luego queda el poso
del propio abandono.

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