La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

martes, 15 de mayo de 2018

NUNCA SUPO EL SECRETO, por Isabel Rezmo



Hablar entre la boca, intentando llegar
al espacio que se queda perenne
entre el diafragma, y el lado
del nenúfar.

Queda petrificado en los ojos que intentan
descifrar palmo a palmo, registrando
como un desertor, como un náufrago del apetito.

Nunca, intentó llevárselo al burdel, para no caer
en las caderas de una copa disfrazada de azul.

Los labios son un corrector,
la carga que va agitando el saludo  colándose
en todas las habitaciones de la casa,
en todos los establecimientos de ultramarinos presentes
en la calle.

Las aceras son un síncope,
una bajada al bocado del labio que dicta taquicardias 
e injerencias,
mientras el cielo no se da cuenta de los raíles 
que atraviesan los renglones.

Y el secreto dormita, se agita, se vierte, se desangra, se cuela en la celosía o en el foco
de la noche como un náufrago.

Hasta caer insensato por el poder que nunca tiene bastante,
ni  siquiera en los dientes, 
en el papel, en el aire, en el charco.

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