La Oruga Azul.
miércoles, 14 de marzo de 2018
RECOGIMIENTO, por Consuelo Jiménez Martín.
Me quedé sin palabras...
Aquel mediodía los huesos arrastraban lluvia.
El invierno rodaba por la cuesta de un pasillo en declive.
Atrapado mi tiempo en todas tus mediodías,
la oscuridad se hacía dueña de mis ojos,
fijos en el ayer, no abandonaban tus órbitas.
Abatido mi cenit, quebrada la anciana lámpara,
me quedé sin palabras,
al mismo tiempo que imploraba eternidad.
Crujió mi corazón enraizado a tus huellas,
un desierto de palabras habitaba el olvido,
engendro de los versos de un poema sin cierre, tu vida.
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