Entorné los
ojos
para ver las
musas bajo mis pies,
como me
elevaban hacia el cielo eterno.
Con mis ojos
cerrados
las nubes se
divisaban más azules que nunca,
como el más
puro y virgen de los océanos.
Buceé por tu
sueños,
en los que
ni siquiera me imaginabas.
Como esa
sirena que se baña en bellos corales.
Como aquel
diminuto pez que quiero meter en mi acuario,
y así
tenerlo siempre conmigo.
Entorné los
ojos,
porque
preferí pensar que lo que veía no era solo un sueño,
sino un
reflejo de mi retina llamado realidad.
Exquisito
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