Paisaje
de Torrecardela
Caminante,
quédate en esta senda
de olivos generosos
y toma por posada
este silencio.
Es el silencio aquí
tan largo como el tiempo,
y sin embargo,
una inquietud sonora
de primavera nueva
saciará tu deseo
de pájaros y espigas.
Aún en abril,
el invierno acaricia
la faz de las montañas,
beso de nieve en flor,
coronando la sierra.
En las noches abiertas,
las candelas el cielo
prenden en los recuerdos
de amores olvidados;
y cuando llega el alba,
huele a
tierra caliente
y a pan recién cocido.
En el canto del agua
no habrá dolor que
quiebre tu esperanza.
Caminante,
quédate en esta senda
de olivos generosos
y toma por posada
este silencio,
este silencio blanco
salpicado de cal
recién amanecida.
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