Hay tormenta en mi ventana
reflejo húmedo de mi alma
seca,
negro cielo que se
desploma
y entre aguas llueven
piedras.
Efímera luz de los
relámpagos,
descarga eléctrica como
recuerdo,
que no hace tanto, sin
abrigo,
a la intemperie mi corazón
vagando.
La piel se eriza con el
golpeo
de las gotas sobre los
vidrios,
a pesar de mi cuerpo a
salvo
siente mi sombra que se
ahoga.
Es lo pasado, son las
penas,
se acomodan sobre los
charcos
mostrando temblosa la
imagen
de lo sufrido y de lo
llorado.
Otro rayo; parece que arrecia.
Cicatrices, huesos que
anuncian.
Tensa espera hasta que
escampe
mientras llueve sobre
mojado.
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