Háblanos un poco de ti.
Hablar de sí mismo es complejo,
nadie se ve como realmente es.
En general me considero
extrovertida, curiosa y bastante cabezota.
Me gusta el mar cuando no está
masificado, viajar, descubrir nuevos paisajes y saborear sus comidas y la
idiosincrasia de su gente. Leer, escribir, bucear mis propias contradicciones y
compartir conversaciones y silencios con la gente que quiero. La aventura que
supone el barranquismo y la montaña con retos que me han hechos superarme a mí
misma. Las películas que me hacen pensar…
No soporto a quienes creen que su
fe o su ideología es válida para todos los demás, o a quienes presumen de no
haber leído un libro.
En el campo literario, he
publicado poemas en la revista Wadi-as y Zoque, he participado en
las antologías Por un puñado de versos; Azul de la editorial
Artificios y con el colectivo Sustari Antología Poética. También he
publicado relatos breves en Los ojos del orfebre y La paloma y Amor
con humor se paga de la editorial Artificios.
Publiqué los poemarios Te
puedo contar, Palabras impares, Una mujer cabalga versos y el
último recién salido, Lejos del aguacero con la editorial Sonámbulos
Ediciones.
¿Qué podemos encontrar entre las páginas de Lejos del aguacero?
El libro se divide en cuatro
partes que a grandes rasgos se corresponderían con: el yo, la pareja, los otros
y el mundo. En él se refleja mi forma poética de sentir desde el amor a la
soledad, el dolor por la gente querida, el recuerdo de la infancia, la
admiración por Miguel Hernández, Almudena Grandes o Mariana Pineda, la
decepción y la sombra de la guerra que nos oscurece el presente y el futuro…
Es un diario íntimo que, con cierto pudor, ofrezco a un lector desconocido esperando que se pueda ver reflejado en él y así, convertir el soliloquio de un poema, en un dialogo mágico.
¿En qué ingredientes reside la fuerza de este libro?
Yo no creo que la poesía sea un
ente ajeno y extraño, con un lenguaje enrevesado accesible solo para iniciados.
Siempre he intentado que mi poesía fuese fácil de entender, que cualquier
lector que se acerque a ella no necesite la traducción para descubrir a través
de un poema su propia emoción. Pienso que a un poema hay que abordarlo con
paciencia, sin esperar nada y dejarse acariciar por su ritmo.
En mi libro no busco el perfil
amable de las cosas, pero tampoco me regodeo en su desazón, observo, siento, y
lo plasmo en versos, con humildad y entusiasmo.
¿Cómo describes tu trayectoria?
La primera vez que escribí un
poema siendo niña sobre mi pueblo en el Costa Brava, mis padres lo leyeron y se
sintieron orgullosos. Esto fue decisivo. Si en ese momento lo hubieran
menospreciado o ignorado, aquel gesto hubiera condicionado mi futuro.
Luego en el colegio, mis amigos, mi
profesora de Literatura, todos, en distinta medida contribuyeron a seguir
fortaleciendo los garabatos de mi escritura.
A veces releo poemas escritos
hace tiempo y pienso que debería haberlos roto, pero en su momento representaron
el eslabón necesario para ir avanzando y creciendo. Talleres de escritura,
mucha lectura y colaboraciones en revistas y antologías han ido fraguando el
resto.
Mis dos primeros libros fueron autoediciones. El hecho de que una editorial apoyara mi proyecto Una mujer cabalga versos, me llenó de ilusión. De nuevo confían en mí con Lejos del aguacero y me vuelve a llenar de entusiasmo la transformación mágica de unos folios escritos a mano en un libro que se expone en librerías.
El último libro que leíste ¿Por qué?
Suelo leer varios libros a la vez
de distinta temática y si a las treinta o cuarenta paginas no me gusta, paso a
otro; hay miles de libros interesantes por descubrir y la vida es muy breve.
El estar en varios clubs de
lectura me permite descubrir autores y formatos que probablemente nunca leería.
En uno de ellos la última propuesta fue el libro Ética para Celia de Ana
de Miguel. Me fascinó. Es un libro necesario que explica de forma sencilla y
amena la filosofía y el papel que la mujer ha tenido en el mundo. En otro se propuso un libro de comic El
abismo del olvido de Paco Roca sobre la guerra civil española, muy
interesante.
Y en poesía, de los últimos
libros que he leído es Las Escritas de Olaya Castro, una de mis poetas
favoritas.
¿... Y ahora qué? ¿Un nuevo proyecto?
Mi último poemario se publicó a
mitad de septiembre, y como si de un parto se tratara, ahora toca recuperarse y
ver crecer ese ¨hijo¨ sin saber cómo será su futuro. Amarlo con sus
imperfecciones y sus aciertos, y presentarlo en sociedad, respondiendo los para
qué, por qué, cómo, cuándo, que formulan los lectores y que la mayoría de las
veces ni yo misma sé… Mientras, sigo con mis preguntas, mis dudas, llenando los
espacios en blanco de palabras y poemas para hacer más habitable la vida.
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