¡Qué
palabra: justicia!, nos reclama,
y
nunca, sin embargo, le encontramos
igual
significado, si luchamos
todos
bajo esta idéntica proclama.
Ilusos
son los sueños de esta flama
que
en su ardor tanto quema y naufragamos
entre
llamas y lágrimas, soñamos
para
dejar los sueños en la cama.
Son
tus banderas mis banderas, son
mis
heridas las tuyas, barricadas
de
palabras que dicta el corazón.
¡Justicia,
qué palabra! Derrotadas
sus
sílabas por la ingenua traición
de
no querer ver las cartas marcadas.
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