Cuando
la oscuridad se enfrenta
a su
boca,
a la
impenetrable tiniebla
que
devora las fauces.
Cuando
se convierte en el sigilo
de
todas las almas.
Cuando
se distrae de la presencia
de la
luz de las farolas.
La
ventana es un sueño en el aire,
el
cuerpo es un desertor del tacto.
El
miedo la voluntad del instinto.
Cuando
la noche se enfrenta
a su
oscuridad con los grilletes
del
preso,
el
oasis no existe.
Los
huesos se desoyen.
La
virtud se detiene.
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