La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

lunes, 14 de marzo de 2016

CHESÚS YUSTE, Escritor y político.

[Saludo de Chesús Yuste]



Queridas amigas y amigos de Absolem, me complace participar en vuestra revista, junto a las firmas invitadas de tanto nivel que os vienen acompañando, y hacerlo además en un número dedicado especialmente a los árboles. Lo cierto es que los árboles aparecen en mis obras y no solo como parte del paisaje. En mi primera novela, La mirada del bosque (Paréntesis, 2010), una historia policíaca, ambientada en la Irlanda rural, con el sentido del humor y el sabor de los cuentos irlandeses, los árboles llegan a ser de alguna forma protagonistas de la resolución del crimen. Y en mi segundo libro, Regreso a Innisfree y otros relatos irlandeses (Editorial Xordica, 2015), reaparecen los árboles en uno u otro relato, interactuando con los personajes. Y es que hasta ahora para mí escribir es imaginar historias con Irlanda como escenario, un país que me apasiona y al que dedico desde hace diez años mi blog(Innisfree1916)
http://innisfree1916.wordpress.com]. Suelo decir que cualquier historia, por disparatada que sea, resulta verosímil ubicada en Irlanda. Y en la isla esmeralda los árboles forman parte de la magia del país, nos conectan con milenarias leyendas y realidades celtas, nos ayudan a crear una conexión intergeneracional, al igual que los árboles inspiraron a los druidas a crear su primer alfabeto, el Ogham. Supongo que por eso en Irlanda se abrazan los árboles, como hace en este fragmento del relato Regreso a Innisfree la joven neoyorquina que regresa a la Irlanda profunda buscando las raíces de sus abuelos y que deberá enfrentarse a muchos secretos por descubrir.

[Biobibliografía de Chesús Yuste]
Nací en Zaragoza en diciembre de 1963, en cuya Universidad me licencié en Historia Contemporánea. He trabajado como técnico de comunicación y he sido Diputado de las Cortes de Aragón durante varias legislaturas y del Congreso de los Diputados en la primera mitad de la última legislatura. Articulista habitual de la prensa aragonesa, actualmente colaboro con eldiario.es.
Edito un blog personal (http://chesusyuste.wordpress.com), además de otro dedicado a Irlanda en todas sus vertientes, Innisfree1916 (http://innisfree1916.wordpress.com), que ha sido recomendado por Lonely Planet Magazine como «el blog en español más completo sobre Irlanda», lo que me ha llevado a publicar artículos en revistas culturales sobre la historia de Irlanda, la de Escocia, el proceso de paz norirlandés, la participación de los irlandeses en las Brigadas Internacionales y la actualidad política y económica irlandesa, así como un artículo sobre el condado de Donegal en la revista de viajes Altaïr. También colaboro con el periódico mensual de la comunidad irlandesa de Argentina The Southern Cross.
Mi primer libro, una novela de género policíaco ambientada en la Irlanda rural, fue: La mirada del bosque (Paréntesis, 2010). Fue traducida al aragonés como A gollada d’o bosque (Gara d’Edizions, 2011). El año pasado publiqué Regreso a Innisfree y otros relatos irlandeses (Editorial Xordica, 2015), una colección de diez cuentos llenos de secretos y sorpresas que nos sumerge en la vida cotidiana de los pueblos y ciudades de la Irlanda eterna que se resiste a desaparecer en la uniformización de este mundo globalizado. También he participado en el libro colectivo Los Borbones en pelota (Olifante, 2014), en que 93 autores de hoy comentamos las 93 láminas satíricas a todo color, atribuidas a los hermanos Bécquer, en las que se caricaturizaba y ridiculizaba a personajes de la realeza, el gobierno y la aristocracia de la época del reinado de Isabel II.

[Fragmento del relato de Chesús Yuste Regreso a Innisfree, de su libro Regreso a Innisfree y otros relatos irlandeses (Editorial Xordica, 2015).]


Esa tarde, aprovechando que la lluvia nos daba una tregua, paseé por las calles del pueblo, recorrí las iglesias, los comercios, los monumentos… Me adentré en el bosque que rodeaba el lugar pensando en la historia de mis abuelos, llena de lagunas y secretos. ¿Y si había atravesado el Atlántico para nada? No, aquello no podía ser. Aquel viaje tenía que tener un sentido. No podía llevar toda la vida soñando con Irlanda y con las fantasías de mis abuelos para comprobar ahora que todo era mentira, solo un cuento para acunar a una niña imbécil. Lloré. Estaba sola entre robles y me permití el lujo de llorar en soledad. Entonces recordé que Nuala me animaba a abrazar árboles, cuanto más gruesos mejor. Para cargarse de las energías positivas del bosque, me decía. Me dirigí al roble más grande y me abracé a él. Lo hice con todas mis fuerzas, cerrando los ojos. Quería sentir toda la fuerza del bosque. La energía que fluye a lo largo de las generaciones en esta bendita isla, en estos benditos bosques. Necesitaba ayuda.
Después de llorar, una se siente mejor. Al salir del bosque, intenté orientarme para encontrar en el juego de callejuelas la amable casa de Brendan. Cuando pasé dos veces por la misma vieja barbería, empecé a preocuparme. Las últimas luces de la tarde iniciaban su despedida. Y entonces apareció Brendan, saliendo de una casa en la calle de delante. Apreté el paso para alcanzarlo.

–¡Brendan! 

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