Vuelan por el aire sin
destino definido
sin certeza de llegar
vuelan porque el viento lo
consiente,
las arrastra las envuelve,
rozan planicies, saltan
montañas
navegan mares dormidos,
y al apaciguar la brisa,
desciende, casi flotando.
Se dejan mecer
a la orilla de un camino,
en oquedades rocosas,
en pequeñas o extensas
porciones de tierra.
Germinan ingenuas hacia dos
polos,
allá donde la tierra es
abrupta se abren senderos,
donde sus tentáculos jamas
hubiesen pensado llegar,
filtrando sustancias de
vida,
y hacia la masa azul donde
las gotas de luz alimenta su salvia.
Es árbol contra todo
elemento,
contra todo pronostico,
y recorre enraizado cuantas
vidas supere,
cuanto tiempo soporte,
cuanto sol le alimente
y la mano del hombre le deje.
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