De ti salió la voz de mi guitarra
y con ella la sangre de la tierra
y se hizo la lanza de la guerra
y la cama que el sueño desamarra.
También la hoguera que desgarra
la noche y la luz donde se encierra
la paz del corazón que desentierra
el dulcísimo caldo de la parra.
El mástil que soporta la bandera.
La mesa que sostiene nuestro vino,
y las llamas que hornean nuestro pan.
La patera que rompe la frontera;
la amorosa piel del pergamino
y el féretro del último desván.
¡Ay árbol de la vida y de la muerte!
¡Escalera hasta el suelo! ¡Dame suerte!
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