Amo la
línea de oro que circunda tu frente,
tus
manos que buscan tesoros en la noche de plata.
No
escudriñes, no hurgues en los rincones,
no
susurres por las paredes.
No
dibujes mi sombra, no robes mis flores, no trastoques mis libros.
En tus
ojos cerrados, de párpados triples, respira el silencio.
De tus
ojos abiertos de loco arco-iris llueven los colores:
mírame
y báñame de azules. De todos los azules,
los del
mundo, los de antes del mundo, los del fin del mundo.
¿Te
pido demasiado?
Deja de
gemir.
Déjame
soñar.
Déjame
dormir y recordar mis sueños.
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