Cada vez que se
veían hablaban del valor de lo inútil; es más, lo reivindicaban dando saltos
con el puño en alto y emitiendo gritos de guerra, como si les fuese la vida en
ello.
Cuando se
conocieron, desde el primer instante, una corriente eléctrica fluyó en ambos
sentidos y comprendieron que orbitaban en la misma órbita.
—¿Dónde has
aparcado la nave?
—En la órbita
Atún —decían al unísono.
—He comprado una
regadera sin alcachofa y un tarro sin tapa, porque me pareció «bonito» —comentaba
una.
La verdad es que
la regadera de plástico verde era preciosa. Decidió que iría a comprar a
Mercadona y la usaría a modo de bolso. ¡Qué genialidad! Risotadas y más
risotadas…
Lo último que
han pergeñado es ir a un hotelito de la cadena Rusticae; XUQ, se llama, por
aquello de que los árabes habitaron estas tierras durante un tiempo, y así
denominaban al río Júcar.
Como decía, este
hotel con sus casas cueva está inmerso en la roca que excavaron siglo tras
siglo las aguas.
Puede parecer
inútil el trabajo de las aguas, pero ha creado belleza, y en pos de la belleza
quieren alojarse en su mismo corazón.
Tienen «un
pequeño» problema monetario y han pensado conectar sus mentes para que se
cumpla su deseo. Dicen que la conexión tiene que ser a nivel interestelar, que
es donde está la órbita Atún.
Todo el mundo
les insiste en que hay alojamientos infinitamente más baratos, pero dicen que
la belleza es la belleza y…que puede parecer inútil, pero no lo es.
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