Fuimos la tierra,
fuimos el agua,
halo ahora que
tocamos.
La arcilla de nuestra madre roja,
la pura madre arcilla
al fuego ardida,
tierra
transformada.
Manos en la tierra
caliente,
los pies niños
en el cauce del río…
La sal de las lágrimas
colorean la pieza
que en el horno somos,
tras recorrer la vida
y respirar su fuego.
La pieza única de tu corazón:
halo, polvo, viento.
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