Pongo puñales al aire para dividir al viento
y que se vuelva más
ágil más seguro y más ligero
cuando pase por tu
frente a recoger mí recuerdo.
Yo, viviré en un suspiro hasta que esté de regreso ese
viento,
viento amigo que te mando con un beso.
Espero ansiosa que vuelva
después de estar en tu pecho
y me diga que te ha visto mientras estabas poniendo
los labios sobre un
retrato ¡Aquel retrato tan viejo
que te regale en los años que jugamos a querernos!
Espero al viento con ansia por si regresa diciendo
que también tienes presente aquellos tiempos tan tiernos.
Espero también que diga que aún me sigues queriendo
y que tú también me añoras a pesar de tanto tiempo.
Que tienes mi cara impresa en la cruz de tus silencios
como yo tengo a la tuya en el altar del recuerdo.
Que también vas cultivando como tallos de un renuevo
el jardín de las promesas que sin querer se perdieron.
¡Me gustaría que trajera los olores de tu cuerpo!
¡y aquel sabor de tus labios a viña, a trigo y centeno!
Hoy, recordando los días de ilusionados deseos
hago un avión de rimas como un corcel en los cielos
para que cruce los aires llevando, o tal vez trayendo
la historia de dos
chiquillos que se marchó sin regreso.
Este avión de distancias lleva una carga de sueños
que desean encontrase cómplices de un mismo tiempo.
¡Ojalá cuando regrese llegue a mis brazos diciendo
que te sorprendió besando aquel retrato tan viejo!
¡Aquel retrato, testigo de un amor puro y sincero
que puede volver ahora en este avión de viento.
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