La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

jueves, 3 de octubre de 2019

PLURAL MAYESTÁTICO, por Carmen Hernández Montalbán.






“Nos” es el título de la novela de Miguel Arnas Coronado. Una obra que trascurre en un momento de nuestra historia decisivo, punto de inflexión de una etapa que se acaba, la dictadura franquista y otro que comienza, la democracia. En este período de transición, un grupo de profesores de instituto debaten y se debaten en el trascurso de los claustros.

A través de un narrador testigo se va devanando la trama, donde las reflexiones, la sucesión de escenas de la vida y conflictos de los personajes van trascurriendo. Una sociedad que eclosiona de una manera violenta, desatada. Unas ansias de libertad que se verán fracasadas en sus expectativas. Ambientes nocturnos trasnochados salpicados de personajes urbanos pintorescos, donde el alcohol y las drogas circulan. Frases cortas y meditaciones atinadas que dejan en el lector  un poso de sensaciones  e impresiones  flotando, como resaca de la densidad y hondura de sus párrafos.

El ambiente de la novela es Barcelona, la Barcelona de la transición. Inserto en ella, el instituto de San Patricio; un centro educativo imaginario en las inmediaciones de un barrio que roza la marginalidad. El escenario es terreno conocido por el autor, pues es en el campo de la educación donde ha transcurrido su periplo profesional.

En el microcosmos del claustro de profesores, estos discuten sobre los métodos a aplicar; procedimientos que obedecen a ideologías y puntos de vista dispares, chocando constantemente con las normas de un sistema educativo fallido que les causa una gran frustración (a unos más que a otros). Claustros interminables donde fermentan los conflictos personales de profesores, padres y alumnos. Ese plural mayestático que debiera infundir unidad, representatividad, respeto, se diluye en irreconciliables individualidades…

“¿Somos niños jugando? es posible. ¿Quiénes somos nosotros? Nos. Cada uno de nosotros sienta cátedra cuando habla: todos tenemos razón, pero la razón reunida equivale a la sinrazón  en absoluto razonable. Confiados en el diálogo, acaba siendo la fuerza la que decide, la fuerza bruta o la de los votos: nadie persuade a nadie, la retórica es pura retórica.”

Leer esta novela es descifrar la genética de la sociedad de nuestros días: un tiempo en el que los plurales mayestáticos no nos representan y las ideologías se disuelven en una realidad compleja, contaminada de intereses. La inercia de un sistema que se resiste a los cambios, aún cuando estos sean de vital importancia.

Miguel Arnás vivió esa parte de la historia de nuestro país, por eso la conoce de primera mano. Jóvenes que tuvieron que abrirse paso ante la represión y la censura en una “Spain is different”, slogan creado para quitar hierro al asunto, porque el asunto tenía hierro y bastante oxidado.

            “Parece que dejamos a la espalda un trauma mayúsculo producto de una adolescencia común bajo la insensatez de un tiempo marcado (…) por una historia embustera y unas canciones ripiosas cantadas bajo la palmeta, por un pánico al pecado que quedó atrás pero dejó mancha. Porque todos tenemos esa edad en la que la infancia y primera adolescencia aún estuvieron marcadas por ello, aunque luego se relajase como todo se relaja en este país para quedar en un discurso vacío, fatuo y aburrido, una represión sindical y política selectiva y una clase dirigente preocupadísima por conseguir, sí, una democratización pero evitando a toda costa caer en el radicalismo.”

¿Es necesario, me pregunto, seguir prolongando la transición?.