Nono que es undécimo
y surge empezado
con luz ya de accidente, con tapias y cruces,
escorpiones y amagos de escalofrío vespertino
sobre el empedrado.
Tiempo de engendrar bajo las mantas
esperanzas que nacerán en agosto:
presagio final de otoño, lumbre incipiente,
claroscuro de equinoccio y lluvia reflejada en un charco.
Hojas caídas y húmedas, rutinas en marcha
de un móvil perpetuo, sudor que ya no existe
y un olor a cuerpo destemplado
que tiembla por la multiplicación
de las oscuridades, los momentos a solas y los cuartos cerrados.
En casas ajenas huele a crisantemo, polvo de libro,
castaña asada, vela y membrillo.
Desde mi ventana no sé si sentir envidia
Desde mi ventana no sé si sentir envidia
o ir a robarlos.
Y un son de rumores, pequeños improperios y balances…
Noviembre,
Noviembre,
que surge empezado
siempre nos da esa impresión
de que todo se va acabando.
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