Cofrecillo de cuero verde y grana
que en corona de estambres exonera
su erótica otoñal y ocre encera
su pulida preñez de porcelana.
Una herida en su vientre se desgrana
como fúlgida llama de una hoguera
y muestra la sangre prisionera:
fresco jugo de luz de la mañana.
Inspira al rapsoda que le canta
al ácido dulzor de su ambrosía
bañando de otoño su garganta
y un mágico resol de granos rojos
que hacen despertar la fantasía
del alma que se escapa por los ojos.
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