Eran tus pechos de niña
como los míos, turgentes.
Y tu falda tableada
para saltar a la comba,
una cometa al vuelo.
Y ver crecer las hormigas,
besarnos en los labios,
la cucaña y el sexo
estrellas, campo abierto,
sólo juegos. Eran juegos…
Te amaba de niña a niña.
Y te querría viva
ahora,
con mi saliva cálida.
El miedo, el tiempo,
la mala muerte, suerte,
eclipsa lo que uno ama;
si no lo ves hermoso,
lo hermoso de la
tierra,
Como dijo la pionera
Safo, poeta en Lesbos.
Bonito poema,gracias.
ResponderEliminarGuadalupe.