Miro el cielo y veo estrellas,
y veo caos…
Estrellas que antes eran ojos, manos,
pies, cuerpos, bocas queriendo
beber de la Vía Láctea
vivir, queriendo…
Ser estrellas, haz de luz en un mundo
menos efímero y más tierno.
La Tierra pierde sus novas…
y su esfera, se licua sin apenas ser
átomos liberados en mitad de su propio
universo terrenal,
apenas son muecas ácidas sin luz
formados por territorios decrépitos,
¡Innecesarios! telescopios refractores,
de este universo invertido,
interrumpidas estrellas suben
de la Tierra al cielo,
formando partículas, las Supernovas
uterinas, bocas sin amamantar
de esta Vía Láctea de nuestros pechos
solo queda…
lágrimas de San Lorenzo,
aguaceros y sal, galaxias
sin novas, Tierra perdiendo
sus átomos alumbrados
llorando murmura
¡Viejo, viejo testamento,
partículas de leyes,
estelas de ofrenda de niños
en las manos de todos los Holofernes
en este invertido y expiado cielo.
¡Somos…! la voz que calla, la inversión
mezquina, los buscadores
de estrellas en nebulosas
que omite mirar las novas niñas
de este planeta.
Ellas-apenas fueron-
apenas brillaron, y las partieron
en partículas opacas
cuando de nuestros útero fueron
supernovas luciendo.
¡Satélites subyugados! sin hemisferios
y donde ser la gran Nube de Magallanes
sin los silos del infierno, en este
sangrado de estrellas, universo invertido,
supernovas muriendo en esta -nebulosa
cangrejo-
de la historia de pueblos tuertos
guiados por ciegos.
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