Silencio,
silencio es cuánto necesita
este abismo de ruidos dispersos,
esta luz que ciegan la mirada
sobre un cristal salino
que por inercia las aguas digieren.
Silencio,
silencio es cuanto necesitan
los miedos del corazón
y que no vuelvan.
Silencio,
silencio conecta el instante
y
todo lo pensado
no tiene cabida en este
ahora,
no pasa nada me digo:
ya lo haré cuando
toque.
En esa parte acotada de
lo cotidiano
se conquistan todos los
silencios,
la lectura roza la
exigua felicidad.
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