Llegó sin avisar…..Piensas que vives, que sientes, que respiras. Mas la verdad, es que cual autómata, entregas tu movimiento, tu deseo, a los espinados hilos de la costumbre, perdiendo el florecido y verdadero tacto a la vida. Desidia arraigada en lo más profundo del ser, cercenando sus alas, esclavizando su sonrisa a una mazmorra sin alma, sin luz. Sufres la quimera de escuchar los ecos de tu caudal, cuando más yerma esta tu tierra.
Ángel condenado a deambular entre el cielo y el infierno, marea cautiva de una caracola, en las entrañas de la mar.
Llave oxidada sobre la mesa de un anticuario, canta las vidas que guardó en su interior, a las epístolas de letras románticas, que dormitan en el labrado anaquel.
Y tras todos los contrastes de la amanecida y del anochecer, silencio, profundo silencio.
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