Se atardece el corazón algunas
veces de rojo intenso
cuando uno no se lo espera.
Me creía invulnerable, pensaba
que podía soportar
toda la soledad que
cabe en una tarde de lluvia,
en unos zapatos mojados
camino de casa.
Han cambiado muchas cosas en esa
vida que,
de vez en cuando,
aprieta y ahoga en manantiales de
tristeza...
No ha variado en absoluto el olor
a tierra mojada,
el aire limpio tras la lluvia,
los charcos que arden en barro
cuando unos los mira de cerca.
Tenía quince años, dos buenos
amigos
y una novia que me esperaba
a la puerta del instituto.
El otoño llegó y llegó la lluvia
verdadera;
la lluvia de los años,
el otoño de los años
que fueron y que seguirán
llegando.
Ahora miro las nubes y lo daría
todo
por volver a tenerte.
El tiempo pasa solo una vez. Las nubes se repiten y nos trae la lluvia, que también repite.
ResponderEliminarPrecioso
El tiempo pasa solo una vez. Las nubes se repiten y nos trae la lluvia, que también repite.
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