La llovizna desbravada
se sincera con la mañana.
Nubarrones descubren
el velo gris del cielo.
Un fleco blanco encendido
cabalga sobre las montañas.
La cara oculta del sol
rasga el zaguán de la existencia
emplazando desierto, oasis, vida.
Escucho al gallo instigador del verso
que insiste en prender mis párpados a la luz.
Amaina la lluvia sin barrer las calles,
las gotas rocían el cristal.
El hálito de húmeda hierba no cala los huesos
y en todas las bocas ya pía el buen día nos de Dios
siendo caricia obligada en las sombras
donde se escurren los sueños.
La piel transpira placidez, casi llueve.
Tus letras son un balsamo para el alma,cuando las lees se acomodan en la piel en forma de bruma.
ResponderEliminarLlegando a tocar tu alma con besos de seda.
Un placer leerte. Consuelo Jime.
Tus letras son un balsamo para el alma,cuando las lees se acomodan en la piel en forma de bruma.
ResponderEliminarLlegando a tocar tu alma con besos de seda.
Un placer leerte. Consuelo Jime.