La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

jueves, 25 de marzo de 2021

Bases de la convocatoria del I Certamen de Relato "El sombrero de tres picos"


Género:
  Relato

Abierto a:  escritores nacidos o residentes en España

Entidad convocante: Asociación para la Promoción de la Cultura y el Arte “La oruga azul” y Asociación CO-MARCA GUADIX NATURAL.


País de la entidad convocante: España


Fecha de cierre:    20 de julio de 2021


BASES


La Asociación para la Promoción de la Cultura y el Arte “La oruga azul” en colaboración con la Asociación CO-MARCA GUADIX NATURAL con la finalidad de promover la creatividad literaria y apoyar los productos de nuestra tierra. Convoca el I Certamen de Relato El sombrero de tres picos 

1. Podrán participar en este certamen todos los escritores que hayan nacido o residan en España.

2. Los trabajos literarios tendrán una extensión máxima de 1000 palabras, en letra tamaño 12, Arial, interlineado doble. Los relatos serán originales, rigurosamente inéditos y no presentados a otros certámenes.  El tema de las obras será la agricultura y su ambiente, se enviarán al correo: laorugazul2013@gmail.com.

3. El plazo de presentación comienza el 8 de Junio y finaliza el 20 de julio de 2021.


4. Un jurado compuesto por personas relacionadas con la literatura y la agricultura valorará los trabajos.

5. De todos los trabajos presentados, se seleccionarán 20 que a criterio del jurado tengan mayor calidad, entre los que se escogerán los ganadores. Los 20 mejores trabajos literarios, serán publicados en un número especial de la revista electrónica “Absolem”


6. Premios: Se establecen dos premios.



• 1º Premio: recibirá un lote de productos y un lote de libros.
• 2º Premio: un lote de productos.


El fallo del jurado se dará a conocer el día  3 de agosto.

domingo, 28 de febrero de 2021

ABSOLEM (Revista electrónica), Núm. 52, 28 de febrero de 2021" El árbol de las palabras".

 


Revista ABSOLEM, editada en Guadix (GRANADA) por la Asociación para la Promoción de la Cultura y el Arte "La Oruga Azul", 
laorugazul2013@gmail.com
ISSN: 2340-8634




SUMARIO




ENTREVISTAS: 





INVITADOS: 






POESÍA: 







RELATOS: 














ASOCIACIÓN CIVIL QUERER LEER A. C. (Villahermosa, Tabasco, México)



SOMOS Un grupo de amigos y amigas con un denominador común: la confianza en la lectura como elemento vital, emancipador para el ser humano. Visibilizamos la ausencia de su promoción en escuelas y hogares.

Este objetivo nos hizo buscar un manera organizativa para promover la lectura y la escritura con amplitud. Una asociación Civil fue lo que nos pareció conducente, y desde hace tres años estamos conformados como tal. Ya, antes, iniciamos nuestras actividades de promoción, aunque fue ya, una vez constituidos como asociación cuando dios un enfoque sistemático a nuestras actividades. Contamos con talleres, diplomados, charlas y conferencias, círculos de lectura, presentaciones de libros y revistas, de cuentacuentos, así como la publicación de libros y revistas. Proponemos hacer de la lectura y la escritura prácticas cotidianas.


Gamaliel Sánchez Salinas (Presidente de la Asociación Querer Leer

Página de Facebook: 

https://www.facebook.com/Quererleer


CARPE DIEM, por Juan Jiménez Caballero.

 

De un tiempo a esta parte, 

he dejado de darme con un canto en los dientes. 

Con una piedra en las espinillas. 

Me he negado a crucificarme 

y he pintado 

mi cuerpo desnudo 

de color, de colores. 

De un tiempo a esta parte, 

ando hablando solo. 

Voy mirando a la gente,

 a los ojos. 

Como haciendo una pregunta.

 La pregunta. 

De un tiempo a esta parte, 

he tirado los relojes. 

Y miro al sol, a las estrellas. 

Y a mi ombligo. 

Y a mi ingle. 

Me baño en vino. 

Evito el Chanel nº 5. 

De un tiempo a esta parte, 

ya no me maldigo por perder, 

por haber perdido tanto tiempo. 

El tiempo vivido. 

Perdido. 

Ganado.

JUSTICIA (¡QUÉ PALABRA!), por F. Javier Franco Miguel.

  

¡Qué palabra: justicia!, nos reclama,

y nunca, sin embargo, le encontramos

igual significado, si luchamos

todos bajo esta idéntica proclama.

 

Ilusos son los sueños de esta flama

que en su ardor tanto quema y naufragamos

entre llamas y lágrimas, soñamos

para dejar los sueños en la cama.

 

Son tus banderas mis banderas, son

mis heridas las tuyas, barricadas

de palabras que dicta el corazón.

 

¡Justicia, qué palabra! Derrotadas

sus sílabas por la ingenua traición

de no querer ver las cartas marcadas.

UN CANTO DE PRIMAVERA, por Consuelo Jiménez.

  


 

Las palabras acercan el horizonte

que se contrae en las miradas.

Ensimismada en la azotea hormiguea la curiosidad,

son las cosas y sus nombres lo que encandila al verbo.

Hay un remolino de imágenes furtivas en la solana

deslizándose tras el piar de un noble pájaro.

Ningún otro, parece querer acoplarse a su estrofa.

Presto los oídos a su silbido,

hilvano tonos azules en la página.

Si él, supiese que tarareo su canto,

amasando las palabras en lo alto del árbol.

¿Dónde tendrá el nido?

Decido que soy afortunada,

escuchando su gorjeo, y con él, este poema.

BUTRÓN, Tomás Sánchez Rubio.

 



Habían comenzado a planear la acción, con croquis en papel milimetrado, flexo y lápices del 2 incluidos, a principios del mes de marzo. El 22 de abril, San Agapito Papa, se pusieron a cavar el pozo en el patio de una casa cercana abandonada ante la desconcertada y atenta mirada de cinco o seis gatos: un negro agujero como alma de pecador se iba abriendo entre una pileta de agua sucia y un limonero obstinado en seguir regalando sus imposibles frutos a pesar de la soledad reinante.

            Una chapa de gran tamaño maltrecha por el paso de los años, en otro tiempo anuncio de cierta popular bebida refrescante, cubría el abismo al finalizar cada jornada. La tierra húmeda que salía de aquel vacío ojo de cíclope era extendida por el patio que cada semana veía subir su superficie sobre el nivel del resto de la casa, del mar y de la calle.

            El 29 de septiembre, Santa Catalina de Siena, domingo, estaba ya todo preparado. Esa mañana, muy temprano, entraron en el túnel con aire decidido. Los tres habían dormido por la noche de manera intermitente, del mismo modo, ni más ni menos, que en las últimas veintitantas semanas .

            Todo habría sido distinto si el dueño de la librería hubiese accedido a venderle a Clara lo que quería… Aún no alcanzaba a comprender el porqué de su negativa; seguro que para aquel hombre no tenía el mismo valor que encerraba para ella...

            Al final, solo habían tenido que hacer saltar las cuatro baldosas de terrazo desde abajo. Al fondo del cuarto se encontraba la estantería, plena de polvo y de olvido; en ella, en la segunda balda empezando por arriba —tal como Clara lo recordaba de la última vez—, se hallaba el libro de poemas que su padre, un hombre aficionado a las efemérides y a los crucigramas, había escrito a ratos durante años, al humilde resplandor de la farola que daba a la ventana de la salita, a fin de no molestar al resto de la familia ni gastar electricidad. La edición la costeó él mismo de su propio bolsillo.

            Pensaron huir enseguida con el ejemplar, pero la muchacha deseaba leerles algo a sus cómplices: muy seria y en apariencia tranquila, se lo propuso. Clara, Pedro y Anselmo se sentaron en el suelo de la librería. En silencio, bajo la tenue luz que entraba por los visillos de una alta ventana de postigos entreabiertos, empezó, con voz emocionada, por la dedicatoria:

            “A mi hija Clara con cariño. A lo largo de tu vida, nunca cejes en nada de lo que te propongas...”