Háblanos un poco de ti como poeta
Como poeta poco puedo decir porque nunca he cultivado ese género literario. Soy novelista, escritor, articulista, a veces ensayista. Pero poeta, no. Cuando era jovencísimo y por tanto medio ciego sí es verdad que hice mis pinitos. Escribía unos versos espantosos, unos ripios lamentables sobre asuntos de una petulancia extrema. Pero se me pasó pronto, gracias a Dios. Lo que no se me pasó ni se me ha pasado todavía es la vocación por la ficción y la narrativa, el gran arte de la novela; desde mi punto de vista, la novela es la manera más eficiente y precisa de representar el mundo e interpretarlo bajo la condición moral de cada cual. Ha sido mi dedicación desde que alcancé mi primer premio literario (novela), hace casi cuarenta años. Y ahí sigo. Como la sociedad se transforma y el mundo cambia y las visiones del mundo se van sucediendo, nunca falta materia para interponer la mirada del narrador y contar más o menos lo que ve.
¿Qué podemos encontrar en el libro “Eva de Ur”?
Aparte de muchas letras, la historia de una mujer en el albor de la civilización, en la primera sociedad estamentada y organizada conforme a principios jurídicos que conocemos (ya se sabe: la historia empieza en Súmer). El vínculo de las narraciones mitológicas de los sumerios con el relato bíblico, sobre todo en lo que concierne al mito de Adán y Eva, el paraíso perdido y el diluvio universal, me pareció muy sugerente para tramar una novela sobre la voz arcaica, casi original, de una Eva que es a la vez agente activo en el desarrollo civilizacional y legataria de la tradición que hunde sus raíces en el fondo confuso y apasionante de la humanidad primitiva/originaria. Disfruté mucho escribiendo esa novela.
¿Por qué elegiste ese título?
Porque la protagonista se llama Eva y vive en la ciudad Sumeria de Ur.
¿Qué aporta la literatura al mundo?
Desde una perspectiva histórica, lo ha aportado todo. La humanidad se hizo sedentaria, empezó a cultivar la tierra, pastorear ganado, construir sus hogares estables y, en suma, crecer y avanzar, a partir de la unión de voluntades posibilitada por relatos compartidos sobre una identidad colectiva. La ficción es el primer motor en el progreso de la humanidad. Sin relatos mitológico/religiosos, sin mitos comunes a los pueblos, sin creencias en la transcendencia del individuo y la sublimación del YO en el NOSOTROS, seguiríamos encendiendo el fuego haciendo chispas con dos piedras. Si hablamos de la actualidad, la literatura aporta lo que siempre ha hecho y ha sido: la expresión dimensiva del trazado moral de una época; eso en términos sociológicos. En términos puramente artísticos, la literatura es uno de los caminos del ser humano sensible hacia la belleza, es decir: hacia el espíritu.
¿Si tuvieras que elegir un título para este fragmento, cómo lo
llamarías?
"Cava sintió frío. Los baños estaban al fondo de las cuadras, separados de ellas por una delgada puerta de madera, y no tenían ventanas. En años anteriores, el invierno sólo llegaba al dormitorio de los cadetes, colándose por los vidrios rotos y las rendijas; pero este año era agresivo y casi ningún rincón del colegio se libraba del viento, que, en las noches, conseguía penetrar hasta en los baños, disipar la hediondez acumulada durante el día y destruir su atmósfera tibia. Pero Cava había nacido y vivido en la sierra, estaba acostumbrado al invierno: era el miedo lo que erizaba su piel."
No podría evitar titularlo La Ciudad y los Perros, más que nada por no enmendar la plana a Vargas Llosa.
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