Háblanos un poco de ti.
Llegué a la escritura con sólo diez u once años. Sentía fascinación por los textos de los libros escolares de lectura, por entonces los únicos a los que tenía acceso. Aprendía los poemas clásicos de memoria y a veces los recitaba en clase. Por entonces, no alcanzaba a entender el sentido de algunos versos, pero su musicalidad, el misterio del lenguaje poético, me maravillaban. Intuía que con la poesía se podían expresar emociones difíciles de manifestar de otro modo. Publiqué mis primeros poemas en una revista comarcal y verlos impresos fue para mí muy emocionante.
He publicado cuatro poemarios, dos novelas y tres libros de relatos. Aprendí en el camino que escribir es un trabajo arduo y constante pero eso no le quita emoción, cada escrito es una aventura.
¿Qué podemos encontrar
entre las páginas de Ondas en el estanque?
Ondas en el estanque es un libro en el que dialogan dos disciplinas artísticas: el aforismo y el collage digital. Es una obra para la reflexión, por lo que su brevedad sólo es aparente. Cada frase lleva una enseñanza sumergida fruto de la meditación. Las imágenes son sugerentes con la idea que se quiere expresar. Tiene, además, un precioso prólogo del escritor José Luis Morente.
¿En qué ingrediente
reside la fuerza de este libro?
Reside en su esencia. Es un libro para volver a él por su propia naturaleza. Como objeto, es atractivo, sus ilustraciones son originales y cargadas de simbolismo. Los aforismos a veces son más filosóficos, otras más poéticos pero siempre invitan a pensar.
¿Cómo describirías tu
trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?
Como ya he explicado anteriormente, mi contacto con la escritura
fue temprana, apenas una niña, aunque ha sido ya en la madurez cuando he sido
consciente del ejercicio literario. En 2010 salió publicado un libro muy
singular que me dio muchas alegrías a nivel personal, Pictorias para leer con lupa: microrrelatos míos y pinturas del
pintor francés Paul Rey que sirvió como excusa para visitar el país vecino y
presentarlo en el Instituto Cervantes de Toulouse. También fue objeto de
estudio en un seminario sobre relato y arte visual en la universidad de la
misma ciudad francesa. Mi primer
poemario, La luz del fin de la tierra
(2015), se publicó hace diez años, aunque ya habían salido algunas antologías
con poemas y relatos míos. Este primer poemario está integrado por poemas de
diferentes etapas vitales que yo estructuré para darle cierta unidad. Dos años
después se publicó mi segundo poemario, Los
anillos de Saturno (2017). Los poemas son críticos en su mayoría, fruto de
la perplejidad ante una sociedad deshumanizada, corrompida, sometida por el consumo
y el capitalismo desaforado. En
2019 salió a la luz mi primera novela, Memorias
de la cautiva de carácter histórico que fue galardonada por el IV Premio
Alféizar, convocado por la editorial. En 2020 se publica mi libro de relatos
Variaciones Quijotescas: de relatos inspirados en la obra cervantina. En 2021
se publica mi tercer poemario, Verso
sobre lienzo, con poemas inspirados en pinturas universales de todos los
tiempos, finalista en el I Premio Pedro Lastra de poesía, convocado por la Universidad
Stony Brook de
Nueva York. Ese mismo año saldrá otro libro de relatos titulado Sucedió mañana: un conjunto de relatos
que tienen a la historia y el tiempo como elementos de unidad. Al año
siguiente, 2022, se publica mi segunda novela Los cantos rodados basada en un hecho real ambientado durante la
Guerra de la Independencia Española. Finalmente en 2023 sale mi cuarto poemario, Cosmogonía del Caos, una reflexión sobre
la génesis de la creación y la destrucción de la naturaleza por la mano del
hombre, finalista del XVIII Premio Águila de Poesía.
¿Cuál fue el último
libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
Estoy enfrascada en la lectura de la novela La península de las casas vacías de David Uclés, una obra singular y magistralmente escrita.
Y ahora qué, ¿algún
nuevo proyecto?
Sí, varios y muy ilusionantes: una nueva novela, un libro de relatos y un libro de fotografía y poesía. En eso y en otros proyectos no literarios estoy.
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