(30 de mayo)
De las entrañas que me cobijaron
no es
posible mantener el recuerdo,
de aquella gruta feliz hoy ya pierdo
los
rumores de aguas que me arrullaron.
De
aquellas entrañas me rescataron
sin yo
participar en el acuerdo,
de allí,
por pie derecho, por pie izquierdo,
a la fuerza por fuerza me arrastraron.
Así mis
ojos se abrieron al mundo,
no hubo
color que el mirar no taladre,
ni golpe
de luz tan firme y rotundo.
Ya
alcancé del mundo el mejor encuadre
en el
envés de aquel vivir profundo,
cuando
dibujé al fin tu rostro: madre.
Magnífico soneto: Construcción perfecta (rima, ritmo, estrofa). Metáforas muy conseguidas y mensaje poético y asequible. Lo mejor de la revista...
ResponderEliminarNo estoy en absoluto de acuerdo con la última frase. FJFranco
EliminarEs un bello poema, que refleja el amor de un hijo por su madre... inconmensurable
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