Pintura de Robert Magee |
I
un
balcón y un tendedero
la
figura perdida del reflejo del sol en el cristal
y
una paloma negra que se acerca y se posa
fuego
inundando el cielo
y
la luz quemada por el insomnio
los
párpados pegados de recuerdos
de
regresos de un futuro incierto
pero
ya perceptible
no
sé si es peligro de muerte
o
de vida
o
si acaso el peligro soy yo
somos
nosotros
o
el miedo nocturno a reconocer
que
somos nada en la nada
o
el valor de haberlo sabido siempre
no
hay más peligro que vivir
y
despejar los senderos del no momento
utiliza
armas de dedos
despeja
el instante que ya no existe
insiste
en nunca revivir el instante
hay
una fuga de nubes rompiendo el cielo
lo
que queda de cielo
lo
que el sol no quemó en tus ojos
despídete
del peligro
porque
tras él sólo es cierto
(el, mi, tu, su, nuestro, vuestro)
silencio
II
es
peligroso
olvidarse
de la propia sombra
al
frente al lado a la espalda
la
traición no sabe de puntos cardinales
las
pisadas la lluvia el otoño
no
son suficientes para herir
es
necesario olvidar
que
eres un ser vivo
todo
se compone en un laberinto
donde
las sombras
son
el único guía
y
una sombra sobre tu sombra
espera
para
asestar el golpe definitivo
pero
cuando el borde del abismo
se
olvida de ti y no quedan planos
para
sombras
despídete
del peligro
porque
tras él sólo es cierto
(el, mi, tu, su, nuestro, vuestro)
silencio
III
peligro
peligro
peligro
la
sirena destroza los oídos
pero
nadie ni nada te arrebata
la
sensación
de
no saber despedirte de tus recuerdos
ellos
pueden ser el peligro
te
destrozan anidan en tus pensamientos
pero
al fondo al fin
solo
son sombras
que
el sol del tiempo va quemando
no
queda nada
no
sabemos nada
somos
nada en la nada
no
hay más peligro que vivir
utiliza
armas de dedos
despeja
el instante que ya no existe
cuando
el borde del abismo se olvide de ti
despídete
del peligro
porque
tras él sólo es cierto
(el, mi, tu, su, nuestro, vuestro)
silencio
silencio
roto por sirenas
sirenas
ahogadas por silencio
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