La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

miércoles, 29 de enero de 2025

AHORATELEO, revista literaria. Número 10. enero de 2025.

 


Editado en Guadix, Granada 

por Asociación para la Promoción de la Cultura y el Arte "La Oruga Azul"

ISSN  2952-5721



SUMARIO


Reseñas: 





Entrevistas: 

Entrevista a Juan Manuel Gil, autor de "Un hombre bajo el agua".








Entrevista a Marina Tapia, autora de "Piedra que mengua"

 



Háblanos un poco de ti como poeta.

Bueno, antes que nada, ¡gracias por la oportunidad de compartir mi quehacer literario, gracias por esta entrevista! Escribo poesía desde muy pequeña, desde los ocho años aproximadamente llevaba a mano cuadernillos y libretas para apuntar historias que luego fueron derivando en poemas. Disfruto mucho observando el mundo, escuchando a los demás, paseando por la naturaleza, fijándome en detalles sencillos que pasan desapercibidos: todo ello me conduce a la poesía. También la lectura de poemarios interesantes con los que se establece un diálogo sutil e íntimo. Para mí la poesía es un estado receptivo y de permeabilidad, es mantener esa actitud de seguir asombrándose ante la realidad. También me gusta estar en contacto con otras personas lectoras y escritoras a través de la didáctica (impartiendo talleres) ¡eso me enriquece muchísimo!

¿Qué podemos encontrar en este libro?

“Piedra que mengua” fue escrito en un rapto. Me desperté de noche con una imperiosa necesidad de escribir, envuelta en un arrebato casi místico, instalada en la cabeza una sola idea y un palpitar: soy esa roca viva que tiene voz, soy ese magma solidificado que permanece. Soy kefás, piedra simbólica que se manifiesta a través de la poesía. Juan Ramón Jiménez creía que algunas veces “una embriaguez rapsódica, una furia incontenible empieza a dictarnos”. Quizá sea esa la explicación de este libro. Y por eso siento este poemario no sólo mío, sino de todas las voces que, a través de las lecturas y las búsquedas, han ido anidando en mi interior. Podría decirse que he dejado la puerta entreabierta para que los versos de autoras y autores de distintas épocas pasen y se acomoden. La intertextualidad está muy presente en “Piedra que mengua”: Gabriela Mistral, Antonio Machado, César Vallejo y tantos otros se citan en sus páginas, pero también voces más actuales como la de María Ángeles Pérez López o Juan Carlos Friebe van anudándose a la mía. Encontrareis en este trabajo una búsqueda interna que parte de un elemento tan sencillo y a la vez tan simbólico, pilar de tantas culturas y generaciones. Siento que se vincula a una corriente que cada día cobra más fuerza y que podríamos llamar ‘Ecomística’; es decir, un movimiento que pretende volver la mirada del ser humano (egocéntrica y altiva tantas veces) a la tierra, a esas riquezas naturales que son un verdadero regalo. El telón de fondo de la Cordillera de los Andes también está presente en mi poemario. Hay algunos juegos de poesía visual y un poema con la estructura del soneto. Creo que es un libro dinámico pero que siempre intenta mantener un hilo conductor: la materialidad que puede ser trascendida. Un conjunto que desea hacernos reflexionar acerca de cómo nos estamos desenvolviendo en el entramado de la vida del planeta.

¿Por qué elegiste ese título?

Me pareció sugerente y que reflejaba a la perfección nuestra paso por la tierra, y ese desgaste natural fruto del transcurrir dell tiempo. La vitalidad y lo compacto de nuestra existencia se van transformando: nuestro cuerpo se vuelve más frágil, hasta nos empequeñecemos en tamaño, literalmente. Pero este proceso tiene, eso sí, algo positivo: permite que nuestro espíritu se torna más abierto −el dolor de la vida nos pule− y nos lleve a la búsqueda de lo esencial.

¿Qué aporta la poesía al mundo?

¡Muchísimo! Congrega palabras para formar imágenes que definen a la perfección conceptos complejos de explicar, da textura al lenguaje, lo engalana con el colorido de los sentidos, juega y acentúa esa musicalidad de las palabras, da voz a tantas realidades que permanecen en los márgenes de la sociedad, permite seguir avivando el espíritu creativo de la niñez, inventa nuevos lenguajes a partir del nuestro (tan estructurado, vacío e incompleto muchas veces), acompaña con sus versos luminosos los momentos más difíciles de la existencia; pero, lo principal: logra que los seres humanos salgan del círculo del yo, y de sus restringidas conversaciones, y den el salto hacia una voz universal y única.

¿Si tuvieras que elegir un título para este poema, cómo lo llamarías?

 

Escalera crujiente,

trozo de bosque organizado

por el que ir hasta la cumbre

de aquel desván lleno de sueños,

pájaros silenciosos

que viajan sin ruido.

Sobre ti estaba el premio

cubierto por el polvo

y lo muerto vivía

para mí, en mis ensueños.

Hogar sin sótanos,

todo aquello era hermoso

porque estaba creando su recuerdo;

viviéndote, sentía

que de algún modo ya te recordaba.

Y siempre que te acercas

entre la niebla, oigo

cómo se queja suavemente,

enmohecido por las lluvias,

el pesado cerrojo de una verja.

La del jardín acaso.

 

Lo llamaría”Incógnita”

Entrevista a Teresa Gómez, autora de "Plaza de abastos"

 


Háblanos un poco de ti como poeta.

Siento que, como poeta, debo utilizar el poder que tiene la poesía para sacudirnos, para ofrecer un relato alternativo, más humano, más crítico, para dar luz a otra realidad. A menudo cuando miro a mi alrededor me parece encontrar un mundo enfermo, ajeno al dolor de los demás, ajeno a las terribles desigualdades y a la destrucción y con una sociedad que lo tolera con su indiferencia, con su silencio, unos medios de comunicación que nos dicen que han muerto más de 50.000 personas en Gaza, en vez de decir que han sido asesinadas… y en este sentido, la literatura, como el arte en general me parece que puede ser una forma de activismo.

 

¿Qué podemos encontrar en este libro?

Es, sobre todo, un intento de afrontar el pasado con la necesidad de cuestionarlo para reconstruirlo. Ten en cuenta que este libro pertenece a ese momento histórico en que nuestra generación afrontaba un cambio con enorme ilusión: los primeros pasos de la democracia. Los jóvenes estábamos convencidos de que, en esas circunstancias, seríamos capaces de construir un mundo mejor y los poetas, y las poetas alzando nuestra silenciada voz femenina, nos pusimos a ello con nuestros versos. Lamentablemente nuestras ilusiones enseguida fueron arrolladas por la energía extraordinaria del poder neoliberal y las feroces leyes del capitalismo.

 

¿Por qué elegiste ese título?

Trataba de encontrar un espacio en mi entorno, en la vida próxima, cotidiana, en la que nos movemos y desarrollamos nuestra actividad, que reflejara esa idea más universal de un mundo -mercado donde todo se compra y todo se vende. Intentando enfocar este análisis desde la ternura por el ser humano y sus contradicciones y quizá más específicamente por el ser humano mujer, me pareció que las “Plaza de abastos” podían representar ese espacio en mi pequeño mundo.

Por otra parte, a lo largo de toda mi vida las plazas de abastos me han fascinado, olores, sabores, colores, bullicio y un espacio donde la mujer desde tiempos inmemoriales ha negociado con poderío. Cuando visito una ciudad, su plaza de abastos es uno de los primeros lugares que busco, y adoro esas plazas cuidadas, que ofrecen un placer infinito para cada uno de los sentidos, como la Boquería de Barcelona o la de Almería… y qué decir de los mercados de Fez, Estambul…

 

¿Qué aporta la poesía al mundo?

La poesía no puede cambiar el mundo, pero sí a las personas, creando conciencia, nombrando el horror, pero también la esperanza, porque podemos manifestar nuestra solidaridad, porque compartir la poesía puede sanar un corazón herido poniendo voz al miedo, al desconsuelo, a la dignidad, a la alegría...

 

¿Si tuvieras que elegir un título para este poema, cómo lo llamarías?

No sé si tengo derecho a enmendarle la plana a Julia Uceda, entre otras cosas porque creo que ella le puso ese título “Hablo de la infancia” para darnos una pista. Pero si me insistes, creo que le pondría el título de un poema mío “Equipaje contra el frío” ya que narra unas circunstancias cuyo recuerdo le ayudarán a vivir y a superar los momentos difíciles.

 

Escalera crujiente,

trozo de bosque organizado

por el que ir hasta la cumbre

de aquel desván lleno de sueños,

pájaros silenciosos

que viajan sin ruido.

Sobre ti estaba el premio

cubierto por el polvo

y lo muerto vivía

para mí, en mis ensueños.

Hogar sin sótanos,

todo aquello era hermoso

porque estaba creando su recuerdo;

viviéndote, sentía

que de algún modo ya te recordaba.

Y siempre que te acercas

entre la niebla, oigo

cómo se queja suavemente,

enmohecido por las lluvias,

el pesado cerrojo de una verja.

La del jardín acaso.

Entrevista a Juan Peregrina, autor del amor del Clown

 




Háblanos un poco de ti como poeta.

Empecé rimando mucho y mal, arreglando problemas amorosos de amig@s que necesitaban consuelo y apoyo lírico. Mamma mia. Hace treinta años ahora. Luego leí y dejé de escribir, me formé y a los 22 publico mi primer libro y desde ahí a los treinta años, tengo tres o cuatro ideas que están desarrolladas en libros, que están en casa, en el portátil. Y ya hasta el segundo libro pasan seis años, ocho hasta el siguiente y diez hasta este. Por la progresión, con cincuenta y ocho verá la luz mi siguiente libro, esperemos estar vivos o al menos, conscientes.

Me gustan los romances, los sonetos, el verso libre bien escrito, el verso blanco y la rumba, la cumbia y las soleás, El Cabrero, Bach, Nick Cave, Vivaldi y Tom Waits, Leonard Cohen y Robe Iniesta, Manu Chao y Liszt.

 

¿Qué podemos encontrar en este libro?

El amor del clown refleja un escenario en el que pretendía mostrar el mundo del espectáculo vital, de la noche canalla de Javier Egea y el sexo múltiple de Sonetos & Desnudos de Narzeo Antino en un homenaje, de las sustancias que nos permiten continuar el recuerdo, la reacción o el sueño. Hablo desde un yo lírico que atraviesa el poemario y da claves para entender el mundo o al menos cómo lo ve alguien dedicado a transformarse mediante aderezos y maquillaje para soportar lo que a veces cae de todos lados.

 

¿Por qué elegiste ese título?

En realidad, como mis dos anteriores libros (Soledad amante destino y Estigma y artificio) que llevan títulos sugeridos por José Ortega Torres, este lleva el título de un poema central del libro y me lo sugirió el poeta Javier García Cellino, que sabe mucho de esto y yo siempre escucho a quienes saben más que yo.

Me venía bien para levantar (o hundir) un espacio que se conformaría de miradas, sexo diverso, sugerencias, psicotropismo, mitología infantil y denuncias sobre niñas desaparecidas y niños perdidos. También hay, según Carla Friebe —y está siempre presente en mis oraciones, sabe más que yo y, por lo tanto, la escucho embobado cada vez que habla— una poética y una geografía granadino-marbellita muy concreta: la ciudad, sus recovecos, sus tertulias y su catetismo, o el mío junto con la memoria de aquella adolescencia y los ritos sexuales de cierta época y lugar veraniegos, húmedos y drogadictos. Este conjunto de elementos se refleja en el libro y fue el que se presentó a Pascual Ortiz, el editor de BajAmar y parece que lo convencieron de editar el libro.

 

¿Qué aporta la poesía al mundo?

Ojalá lo supiera. La imaginación es muy poderosa y puede abrir puertas de habitaciones que no conocíamos. La vida, el amor, la muerte… los grandes temas de siempre están ahí de manera más o menos querible para nosotr@s, de manera más o menos cercana a nuestros gustos. La calidez, la modernidad —pienso en Vicente Luis Mora, Pilar Adón, Julieta Valero o Berta García Faet— y los campos de la ciencia, la física, la enfermedad, el monstruo, las metamorfosis, lo clásico y atrevido —y pienso en Narzeo Antino, Góngora, Valente— los poemas visuales, los juegos con los blancos en la página y la poesía del silencio, las meditaciones, la fragmentariedad… todo me interesa, la verdad, y creo que como hace poco decía Gerardo Rodríguez-Salas, incluso podemos encontrar en la poesía una fluidez que nos puede llevar a contemplar mundos reivindicativos, de las minorías, de lo queer… Y por supuesto, bien hecha, la pura reivindicación política para que quienes leen poco y prefieren utilizar la violencia, al menos puedan encontrar alternativas a esa fuerza bruta, que es la que usan normalmente.

 

¿Si tuvieras que elegir un título para este poema, cómo lo llamarías?

Uf, retitular un pedazo de poema como este, de Julia Uceda, llamado “Hablo de la infancia”, es demasiado loco para mí: creo que está perfecto como está.

Muchas gracias por el interés, Carmen.

 

Escalera crujiente,

trozo de bosque organizado

por el que ir hasta la cumbre

de aquel desván lleno de sueños,

pájaros silenciosos

que viajan sin ruido.

Sobre ti estaba el premio

cubierto por el polvo

y lo muerto vivía

para mí, en mis ensueños.

Hogar sin sótanos,

todo aquello era hermoso

porque estaba creando su recuerdo;

viviéndote, sentía

que de algún modo ya te recordaba.

Y siempre que te acercas

entre la niebla, oigo

cómo se queja suavemente,

enmohecido por las lluvias,

el pesado cerrojo de una verja.

La del jardín acaso.

Entrevista a Julia García Navarro, autora de "El año que pasamos jugando a no ser nosotros".

 


Háblanos un poco de ti como escritora.

 Respecto a mi faceta de escritora, lo cierto es que he tenido la suerte de ganarme la vida escribiendo historias para otros; Como abogada que soy, cada día pongo en papel los relatos que me cuentan en el despacho sobre éxitos, problemas, conflictos y también sobre los acuerdos o compromisos que alcanzan mis clientes… En un momento dado sentí la necesidad de escribir de otra manera, siendo libre para crear universos imaginarios con las palabras y sin pensarlo dos veces me lancé. Empecé poco a poco, escribiendo y publicando relato breve y microrrelato. Casi desde el principio de este proceso descubrí la pasión que me provocaba, lo que, unido a la suerte de recibir algunos reconocimientos, me han ido empujando a seguir.

 Dicho lo anterior, podría afirmarse que he sido escritora desde siempre. Sin embargo, la novela, la literatura de ficción son palabras mayores. Si tuviera que definirme literariamente diría que soy una “ESCRITORA NOVATA”, porque esta es mi primera novela, aunque estoy convencida de que no será la última. 

 

¿Qué podemos encontrar en este libro?

Encontrareis un poco de todo; imaginación a raudales, una pizca de locura, pasión por el cine y la literatura, adicción a las redes, conflictos generacionales, “bussines” y extrañas historias que no son de amor, pero se le parecen.  La novela no pertenece a ningún género concreto y al mismo tiene un poco de todos los géneros. Los lectores me cuentan que el libro engancha, te atrapa desde el primer momento… eso es justo lo que quería conseguir, así que estoy feliz.

No quiero revelar demasiado, pero voy a dar alguna pincelada; todo comienza cuando la protagonista decide de repente que no merece la pena enfrentarse a la rampa infernal de su garaje solo para ir a trabajar. Un momento de locura disfrazado de accidente, el mensaje de WhatsApp de un desconocido y la imperiosa necesidad de escapar de una anodina realidad la abocan a inventar un juego de rol, que pondrá su mundo patas arriba.

 

¿Por qué elegiste ese título?

Buscar un título explicativo y que al mismo tiempo no hiciera “spoiler” me ha costado muchos años; de hecho, fue decisión del ultimo minuto.  Todos hemos jugado alguna vez a “no ser nosotros mismos”, a disfrazarnos, a escondernos tras una careta, no es algo inusual en nuestra sociedad.  Lo extraordinario de esta historia es que sus protagonistas deciden jugar con plena premeditación, alevosía y conscientes del engaño…  de ahí viene el titulo y hasta aquí puedo contar.

 

¿Qué aporta la poesía al mundo?

 Emoción y belleza. No tengo el don de escribirla pero la he devorado desde niña.

 

¿Si tuvieras que elegir un título para este poema, cómo lo llamarías?

 

Escalera crujiente,

trozo de bosque organizado

por el que ir hasta la cumbre

de aquel desván lleno de sueños,

pájaros silenciosos

que viajan sin ruido.

Sobre ti estaba el premio

cubierto por el polvo

y lo muerto vivía

para mí, en mis ensueños.

Hogar sin sótanos,

todo aquello era hermoso

porque estaba creando su recuerdo;

viviéndote, sentía

que de algún modo ya te recordaba.

Y siempre que te acercas

entre la niebla, oigo

cómo se queja suavemente,

enmohecido por las lluvias,

el pesado cerrojo de una verja.

La del jardín acaso.

 

Se me ocurren muchos títulos, pero quizás el que mas ruido hace en mi cabeza sea “NOSTALGIA INVERSA”. Estos versos me evocan momentos clarividentes de la niñez, instantes mágicos que comprendí eran efímeros y echaba de menos incluso antes de empezar a vivirlos; como si la vida y la nostalgia pudieran vivirse y sentirse del revés.  

Entrevista a Juan Manuel Gil, autor de "Un hombre bajo el agua".



Háblanos un poco de ti como escritor.

Soy un escritor fascinado por la literatura. Diría que estoy atrapado en ella. Mi vida, en buena medida, gira alrededor de los libros. Además de ser escritor, ejerzo como profesor de literatura en un instituto e imparto clases de escritura creativa en la Universidad de Almería. Vivo todo lo que tiene que ver con la lectura y la escritura con entusiasmo. Esa es mi manera de estar en el mundo.


¿Qué podemos encontrar en este libro?

Una historia sobre los límites imposibles entre la realidad y la ficción, la memoria y el olvido, la literatura y la vida. Un escritor intenta reconstruir un episodio de su pasado y se da cuenta que las cosas no son lo que parecen.


¿Por qué elegiste ese título?

La titulé Un hombre bajo el agua porque la historia comienza con el hallazgo, por parte de un niño, del cuerpo de una persona sumergido en el agua de una balsa de riego. ¿Porqué está ese hombre ahí? Ese es el origen de todo lo que viene después.


¿Qué aporta la literatura al mundo?

Ensancha la vida.


Si tuvieras que elegir un título para este poema, ¿cómo lo llamarías?

Escalera crujiente,

trozo de bosque organizado

por el que ir hasta la cumbre

de aquel desván lleno de sueños,

pájaros silenciosos

que viajan sin ruido.

Sobre ti estaba el premio

cubierto por el polvo

y lo muerto vivía

para mí, en mis ensueños.

Hogar sin sótanos,

todo aquello era hermoso

porque estaba creando su recuerdo;

viviéndote, sentía

que de algún modo ya te recordaba.

Y siempre que te acercas

entre la niebla, oigo

cómo se queja suavemente,

enmohecido por las lluvias,

el pesado cerrojo de una verja.

La del jardín acaso.


Siempre que te acercas.

El escritor, de José Luis Raya.




El complejo mundo literario y de le edición se está volviendo mucho más retorcido de lo que era realmente. Si consideramos nuestra historia reciente seccionada en dos partes, antes y después de Internet y las RRSS, comprenderemos mejor el mundo que nos rodea. Para empezar está primando fríamente la venta por encima de su calidad literaria. Obviando muchos de los merecidísimos reconocimientos y premios literarios, hay un alto porcentaje que la fama televisiva o la popularidad aúpan al escritor o al artista a lo más alto. Todo el mundo sabe ya, sin tapujos, que el Planeta era y es concedido por la celebridad del personaje. Antaño los premios literarios eran concedidos a ciegas, por lo que leer los primeros galardones era todo un placer, léase “Nada” de Carmen Laforet. Por cierto, el Premio Nadal ha ido paulatinamente rindiéndose a esa fama mediática. Todos quieren ganar dinero. Sin más. En realidad, se ha virado la atención de las grandes editoriales a los influencers especialmente, aunque escriban como el culo. Es por lo que algunos presentadores o personajes televisivos se han lanzado al mundo de las Redes Sociales sin escrúpulos, por lo que combinan esos dos mundos estratégicos, donde la gente es abducida a borbotones. La imagen del escritor ermitaño, aislado del mundo y oculto en su buhardilla escribiendo obras maestras, ha quedado relegada al pasado decimonono. Seguramente se estén perdiendo auténticas obras maestras, ya que las grandes editoriales suelen rechazar a priori todo tipo de manuscritos. Así pues, he ido comprobando cómo algunos/muchos poetas y escritores se autopromocionan por las RRSS llegando a realizar todo tipo de vejatorios o polémicos vídeos. Recordemos cómo alguno triunfó en TV semi-desnudándose. Veo por TIK-Tok a algún magnífico poeta actuando de la misma guisa. Incluso los más célebres acuden a las televisiones para expresar las ocurrencias más disparatadas o las opiniones más cáusticas. Seguramente no las sientan, pero la audiencia siempre desea carnaza y polémica. Herencia, quizás, de los más grandes como Umbral, Cela, Capote, Terenci o Arrabal. He leído muchos de los (últimos) premios Planeta y siempre termino decepcionado. Uno de ellos fue el de JS, al que admiro como investigador, pero su obra parecía realmente una simple novela juvenil. La prestigiosa editorial suele fijarse también en aquellos que han conseguido situarse en la lista de los superventas por méritos propios. Pero cuando les proponen el premio, pueden presentar lo peor de lo peor y ganar. Léase Mola.
La salida más efectiva es que, si eres escritor y no estás donde mereces, grabes un descarnado y polémico vídeo. Como se haga viral, ya habrás dado un gran paso.