La Oruga Azul.
miércoles, 29 de enero de 2025
AHORATELEO, revista literaria. Número 10. enero de 2025.
Entrevista a Marina Tapia, autora de "Piedra que mengua"
Háblanos un poco
de ti como poeta.
Bueno, antes que
nada, ¡gracias por la oportunidad de compartir mi quehacer literario, gracias
por esta entrevista! Escribo poesía desde muy pequeña, desde los ocho años
aproximadamente llevaba a mano cuadernillos y libretas para apuntar historias
que luego fueron derivando en poemas. Disfruto mucho observando el mundo,
escuchando a los demás, paseando por la naturaleza, fijándome en detalles
sencillos que pasan desapercibidos: todo ello me conduce a la poesía. También
la lectura de poemarios interesantes con los que se establece un diálogo sutil
e íntimo. Para mí la poesía es un estado receptivo y de permeabilidad, es
mantener esa actitud de seguir asombrándose ante la realidad. También me gusta
estar en contacto con otras personas lectoras y escritoras a través de la
didáctica (impartiendo talleres) ¡eso me enriquece muchísimo!
¿Qué podemos
encontrar en este libro?
“Piedra que
mengua” fue escrito en un rapto. Me desperté de noche con una imperiosa
necesidad de escribir, envuelta en un arrebato casi místico, instalada en la
cabeza una sola idea y un palpitar: soy esa roca viva que tiene voz, soy ese
magma solidificado que permanece. Soy kefás, piedra simbólica que se manifiesta
a través de la poesía. Juan Ramón Jiménez creía que algunas veces “una
embriaguez rapsódica, una furia incontenible empieza a dictarnos”. Quizá sea
esa la explicación de este libro. Y por eso siento este poemario no sólo mío,
sino de todas las voces que, a través de las lecturas y las búsquedas, han ido
anidando en mi interior. Podría decirse que he dejado la puerta entreabierta
para que los versos de autoras y autores de distintas épocas pasen y se
acomoden. La intertextualidad está muy presente en “Piedra que mengua”:
Gabriela Mistral, Antonio Machado, César Vallejo y tantos otros se citan en sus
páginas, pero también voces más actuales como la de María Ángeles Pérez López o
Juan Carlos Friebe van anudándose a la mía. Encontrareis en este trabajo una
búsqueda interna que parte de un elemento tan sencillo y a la vez tan
simbólico, pilar de tantas culturas y generaciones. Siento que se vincula a una
corriente que cada día cobra más fuerza y que podríamos llamar ‘Ecomística’; es
decir, un movimiento que pretende volver la mirada del ser humano (egocéntrica
y altiva tantas veces) a la tierra, a esas riquezas naturales que son un
verdadero regalo. El telón de fondo de la Cordillera de los Andes también está
presente en mi poemario. Hay algunos juegos de poesía visual y un poema con la
estructura del soneto. Creo que es un libro dinámico pero que siempre intenta mantener
un hilo conductor: la materialidad que puede ser trascendida. Un conjunto que
desea hacernos reflexionar acerca de cómo nos estamos desenvolviendo en el
entramado de la vida del planeta.
¿Por qué
elegiste ese título?
Me pareció
sugerente y que reflejaba a la perfección nuestra paso por la tierra, y ese
desgaste natural fruto del transcurrir dell tiempo. La vitalidad y lo compacto
de nuestra existencia se van transformando: nuestro cuerpo se vuelve más
frágil, hasta nos empequeñecemos en tamaño, literalmente. Pero este proceso
tiene, eso sí, algo positivo: permite que nuestro espíritu se torna más abierto
−el dolor de la vida nos pule− y nos lleve a la búsqueda de lo esencial.
¿Qué aporta la
poesía al mundo?
¡Muchísimo!
Congrega palabras para formar imágenes que definen a la perfección conceptos
complejos de explicar, da textura al lenguaje, lo engalana con el colorido de
los sentidos, juega y acentúa esa musicalidad de las palabras, da voz a tantas
realidades que permanecen en los márgenes de la sociedad, permite seguir
avivando el espíritu creativo de la niñez, inventa nuevos lenguajes a partir
del nuestro (tan estructurado, vacío e incompleto muchas veces), acompaña con
sus versos luminosos los momentos más difíciles de la existencia; pero, lo
principal: logra que los seres humanos salgan del círculo del yo, y de sus
restringidas conversaciones, y den el salto hacia una voz universal y única.
¿Si tuvieras que
elegir un título para este poema, cómo lo llamarías?
Escalera
crujiente,
trozo de bosque
organizado
por el que ir
hasta la cumbre
de aquel desván
lleno de sueños,
pájaros
silenciosos
que viajan sin
ruido.
Sobre ti estaba
el premio
cubierto por el
polvo
y lo muerto
vivía
para mí, en mis
ensueños.
todo aquello era
hermoso
porque estaba
creando su recuerdo;
viviéndote,
sentía
que de algún
modo ya te recordaba.
Y siempre que te
acercas
entre la niebla,
oigo
cómo se queja
suavemente,
enmohecido por
las lluvias,
el pesado
cerrojo de una verja.
La del jardín
acaso.
Lo llamaría”Incógnita”
Entrevista a Teresa Gómez, autora de "Plaza de abastos"
Háblanos un poco de ti como poeta.
Siento que, como poeta, debo utilizar el poder que tiene la
poesía para sacudirnos, para ofrecer un relato alternativo, más humano, más
crítico, para dar luz a otra realidad. A menudo cuando miro a mi alrededor me
parece encontrar un mundo enfermo, ajeno al dolor de los demás, ajeno a las
terribles desigualdades y a la destrucción y con una sociedad que lo tolera con
su indiferencia, con su silencio, unos medios de comunicación que nos dicen que
han muerto más de 50.000 personas en Gaza, en vez de decir que han sido
asesinadas… y en este sentido, la literatura, como el arte en general me parece
que puede ser una forma de activismo.
¿Qué podemos encontrar en este libro?
Es, sobre todo, un intento de afrontar el pasado con la
necesidad de cuestionarlo para reconstruirlo. Ten en cuenta que este libro
pertenece a ese momento histórico en que nuestra generación afrontaba un cambio
con enorme ilusión: los primeros pasos de la democracia. Los jóvenes estábamos
convencidos de que, en esas circunstancias, seríamos capaces de construir un
mundo mejor y los poetas, y las poetas alzando nuestra silenciada voz femenina,
nos pusimos a ello con nuestros versos. Lamentablemente nuestras ilusiones
enseguida fueron arrolladas por la energía extraordinaria del poder neoliberal
y las feroces leyes del capitalismo.
¿Por qué elegiste ese título?
Trataba de encontrar un espacio en mi entorno, en la vida
próxima, cotidiana, en la que nos movemos y desarrollamos nuestra actividad,
que reflejara esa idea más universal de un mundo -mercado donde todo se compra
y todo se vende. Intentando enfocar este análisis desde la ternura por el ser
humano y sus contradicciones y quizá más específicamente por el ser humano
mujer, me pareció que las “Plaza de abastos” podían representar ese espacio en
mi pequeño mundo.
Por otra parte, a lo largo de toda mi vida las plazas de
abastos me han fascinado, olores, sabores, colores, bullicio y un espacio donde
la mujer desde tiempos inmemoriales ha negociado con poderío. Cuando visito una
ciudad, su plaza de abastos es uno de los primeros lugares que busco, y adoro
esas plazas cuidadas, que ofrecen un placer infinito para cada uno de los
sentidos, como la Boquería de Barcelona o la de Almería… y qué decir de los
mercados de Fez, Estambul…
¿Qué aporta la poesía al mundo?
La poesía no puede cambiar el mundo, pero sí a las personas,
creando conciencia, nombrando el horror, pero también la esperanza, porque
podemos manifestar nuestra solidaridad, porque compartir la poesía puede sanar
un corazón herido poniendo voz al miedo, al desconsuelo, a la dignidad, a la
alegría...
¿Si tuvieras que elegir un título para este poema, cómo lo
llamarías?
No sé si tengo derecho a enmendarle la plana a Julia Uceda,
entre otras cosas porque creo que ella le puso ese título “Hablo de la
infancia” para darnos una pista. Pero si me insistes, creo que le pondría el
título de un poema mío “Equipaje contra el frío” ya que narra unas
circunstancias cuyo recuerdo le ayudarán a vivir y a superar los momentos
difíciles.
Escalera crujiente,
trozo de bosque organizado
por el que ir hasta la cumbre
de aquel desván lleno de sueños,
pájaros silenciosos
que viajan sin ruido.
Sobre ti estaba el premio
cubierto por el polvo
y lo muerto vivía
para mí, en mis ensueños.
Hogar sin sótanos,
todo aquello era hermoso
porque estaba creando su recuerdo;
viviéndote, sentía
que de algún modo ya te recordaba.
Y siempre que te acercas
entre la niebla, oigo
cómo se queja suavemente,
enmohecido por las lluvias,
el pesado cerrojo de una verja.
La del jardín acaso.
Entrevista a Juan Peregrina, autor del amor del Clown
Háblanos un poco de ti como poeta.
Empecé rimando mucho y mal, arreglando problemas amorosos de
amig@s que necesitaban consuelo y apoyo lírico. Mamma mia. Hace treinta años
ahora. Luego leí y dejé de escribir, me formé y a los 22 publico mi primer
libro y desde ahí a los treinta años, tengo tres o cuatro ideas que están
desarrolladas en libros, que están en casa, en el portátil. Y ya hasta el
segundo libro pasan seis años, ocho hasta el siguiente y diez hasta este. Por
la progresión, con cincuenta y ocho verá la luz mi siguiente libro, esperemos
estar vivos o al menos, conscientes.
Me gustan los romances, los sonetos, el verso libre bien
escrito, el verso blanco y la rumba, la cumbia y las soleás, El Cabrero, Bach,
Nick Cave, Vivaldi y Tom Waits, Leonard Cohen y Robe Iniesta, Manu Chao y Liszt.
¿Qué podemos encontrar en este libro?
El amor del clown refleja un escenario en el que pretendía
mostrar el mundo del espectáculo vital, de la noche canalla de Javier Egea y el
sexo múltiple de Sonetos & Desnudos de Narzeo Antino en un homenaje, de las
sustancias que nos permiten continuar el recuerdo, la reacción o el sueño.
Hablo desde un yo lírico que atraviesa el poemario y da claves para entender el
mundo o al menos cómo lo ve alguien dedicado a transformarse mediante aderezos
y maquillaje para soportar lo que a veces cae de todos lados.
¿Por qué elegiste ese título?
En realidad, como mis dos anteriores libros (Soledad amante
destino y Estigma y artificio) que llevan títulos sugeridos por José Ortega
Torres, este lleva el título de un poema central del libro y me lo sugirió el
poeta Javier García Cellino, que sabe mucho de esto y yo siempre escucho a
quienes saben más que yo.
Me venía bien para levantar (o hundir) un espacio que se conformaría
de miradas, sexo diverso, sugerencias, psicotropismo, mitología infantil y denuncias
sobre niñas desaparecidas y niños perdidos. También hay, según Carla Friebe —y
está siempre presente en mis oraciones, sabe más que yo y, por lo tanto, la
escucho embobado cada vez que habla— una poética y una geografía granadino-marbellita
muy concreta: la ciudad, sus recovecos, sus tertulias y su catetismo, o el mío
junto con la memoria de aquella adolescencia y los ritos sexuales de cierta
época y lugar veraniegos, húmedos y drogadictos. Este conjunto de elementos se
refleja en el libro y fue el que se presentó a Pascual Ortiz, el editor de
BajAmar y parece que lo convencieron de editar el libro.
¿Qué aporta la poesía al mundo?
Ojalá lo supiera. La imaginación es muy poderosa y puede
abrir puertas de habitaciones que no conocíamos. La vida, el amor, la muerte…
los grandes temas de siempre están ahí de manera más o menos querible para
nosotr@s, de manera más o menos cercana a nuestros gustos. La calidez, la modernidad
—pienso en Vicente Luis Mora, Pilar Adón, Julieta Valero o Berta García Faet— y
los campos de la ciencia, la física, la enfermedad, el monstruo, las
metamorfosis, lo clásico y atrevido —y pienso en Narzeo Antino, Góngora,
Valente— los poemas visuales, los juegos con los blancos en la página y la
poesía del silencio, las meditaciones, la fragmentariedad… todo me interesa, la
verdad, y creo que como hace poco decía Gerardo Rodríguez-Salas, incluso
podemos encontrar en la poesía una fluidez que nos puede llevar a contemplar
mundos reivindicativos, de las minorías, de lo queer… Y por supuesto, bien
hecha, la pura reivindicación política para que quienes leen poco y prefieren
utilizar la violencia, al menos puedan encontrar alternativas a esa fuerza bruta,
que es la que usan normalmente.
¿Si tuvieras que elegir un título para este poema, cómo lo llamarías?
Uf, retitular un pedazo de poema como este, de Julia Uceda,
llamado “Hablo de la infancia”, es demasiado loco para mí: creo que está
perfecto como está.
Muchas gracias por el interés, Carmen.
Escalera crujiente,
trozo de bosque organizado
por el que ir hasta la cumbre
de aquel desván lleno de sueños,
pájaros silenciosos
que viajan sin ruido.
Sobre ti estaba el premio
cubierto por el polvo
y lo muerto vivía
para mí, en mis ensueños.
Hogar sin sótanos,
todo aquello era hermoso
porque estaba creando su recuerdo;
viviéndote, sentía
que de algún modo ya te recordaba.
Y siempre que te acercas
entre la niebla, oigo
cómo se queja suavemente,
enmohecido por las lluvias,
el pesado cerrojo de una verja.
La del jardín acaso.
Entrevista a Julia García Navarro, autora de "El año que pasamos jugando a no ser nosotros".
Háblanos un poco de ti como escritora.
Dicho lo anterior, podría afirmarse que he sido escritora desde siempre. Sin embargo, la novela, la literatura de ficción son palabras mayores. Si tuviera que definirme literariamente diría que soy una “ESCRITORA NOVATA”, porque esta es mi primera novela, aunque estoy convencida de que no será la última.
¿Qué podemos encontrar en este
libro?
Encontrareis un poco de todo;
imaginación a raudales, una pizca de locura, pasión por el cine y la literatura,
adicción a las redes, conflictos generacionales, “bussines” y extrañas
historias que no son de amor, pero se le parecen. La novela no pertenece a ningún género
concreto y al mismo tiene un poco de todos los géneros. Los lectores me cuentan
que el libro engancha, te atrapa desde el primer momento… eso es justo lo que
quería conseguir, así que estoy feliz.
No quiero revelar demasiado, pero
voy a dar alguna pincelada; todo comienza cuando la protagonista decide de
repente que no merece la pena enfrentarse a la rampa infernal de su garaje solo
para ir a trabajar. Un momento de locura disfrazado de accidente, el mensaje de
WhatsApp de un desconocido y la imperiosa necesidad de escapar de una anodina
realidad la abocan a inventar un juego de rol, que pondrá su mundo patas arriba.
¿Por qué elegiste ese título?
Buscar
un título explicativo y que al mismo tiempo no hiciera “spoiler” me ha costado
muchos años; de hecho, fue decisión del ultimo minuto. Todos hemos jugado alguna vez a “no ser
nosotros mismos”, a disfrazarnos, a escondernos tras una careta, no es algo inusual
en nuestra sociedad. Lo extraordinario
de esta historia es que sus protagonistas deciden jugar con plena
premeditación, alevosía y conscientes del engaño… de ahí viene el titulo y hasta aquí puedo
contar.
¿Qué aporta la poesía al mundo?
¿Si tuvieras que elegir un título
para este poema, cómo lo llamarías?
Escalera crujiente,
trozo de bosque organizado
por el que ir hasta la cumbre
de aquel desván lleno de sueños,
pájaros silenciosos
que viajan sin ruido.
Sobre ti estaba el premio
cubierto por el polvo
y lo muerto vivía
para mí, en mis ensueños.
Hogar sin sótanos,
todo aquello era hermoso
porque estaba creando su
recuerdo;
viviéndote, sentía
que de algún modo ya te
recordaba.
Y siempre que te acercas
entre la niebla, oigo
cómo se queja suavemente,
enmohecido por las lluvias,
el pesado cerrojo de una verja.
La del jardín acaso.
Se me ocurren muchos títulos,
pero quizás el que mas ruido hace en mi cabeza sea “NOSTALGIA INVERSA”. Estos
versos me evocan momentos clarividentes de la niñez, instantes mágicos que comprendí
eran efímeros y echaba de menos incluso antes de empezar a vivirlos; como si la
vida y la nostalgia pudieran vivirse y sentirse del revés.
Entrevista a Juan Manuel Gil, autor de "Un hombre bajo el agua".
Háblanos un poco de ti como escritor.
Soy un escritor fascinado por la literatura. Diría que estoy atrapado en ella. Mi vida, en buena medida, gira alrededor de los libros. Además de ser escritor, ejerzo como profesor de literatura en un instituto e imparto clases de escritura creativa en la Universidad de Almería. Vivo todo lo que tiene que ver con la lectura y la escritura con entusiasmo. Esa es mi manera de estar en el mundo.
¿Qué podemos encontrar en este libro?
Una historia sobre los límites imposibles entre la realidad y la ficción, la memoria y el olvido, la literatura y la vida. Un escritor intenta reconstruir un episodio de su pasado y se da cuenta que las cosas no son lo que parecen.
¿Por qué elegiste ese título?
La titulé Un hombre bajo el agua porque la historia comienza con el hallazgo, por parte de un niño, del cuerpo de una persona sumergido en el agua de una balsa de riego. ¿Porqué está ese hombre ahí? Ese es el origen de todo lo que viene después.
¿Qué aporta la literatura al mundo?
Ensancha la vida.
Si tuvieras que elegir un título para este poema, ¿cómo lo llamarías?
Escalera crujiente,
trozo de bosque organizado
por el que ir hasta la cumbre
de aquel desván lleno de sueños,
pájaros silenciosos
que viajan sin ruido.
Sobre ti estaba el premio
cubierto por el polvo
y lo muerto vivía
para mí, en mis ensueños.
Hogar sin sótanos,
todo aquello era hermoso
porque estaba creando su recuerdo;
viviéndote, sentía
que de algún modo ya te recordaba.
Y siempre que te acercas
entre la niebla, oigo
cómo se queja suavemente,
enmohecido por las lluvias,
el pesado cerrojo de una verja.
La del jardín acaso.
Siempre que te acercas.