Lo importante es el filo del cuchillo
con el que armar la boca jadeante del cálamo,
que ya deja de ser la caña hueca
para guiar la mano hacia la nada.
Un coágulo de sangre como tinta
inunda la madera
hacia el ligero trazo que cubre el infinito.
Aíslate del mundo que depende de un rey,
provoca, -sometido al pergamino en blanco-
a los sentidos cómplices del deseo de un dios.
Reflexiona el comienzo,
lo importante es el filo del cuchillo
con el que desangrar al animal.
Sólo tú eres ahora el nexo con el cielo,
el cincel que acalló al agua de la Alhambra.
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