No siento el
dolor que hubiese deseado sentir,
no siento
consuelo de cuanto pude sufrir,
se rompe el
cielo y la tierra, mi alma partida en mil,
anhelos por
un mañana desafiante y hostil
me rondan
cada segundo, dudas, rencores, miedos a mil,
me aferro
rasgando el suelo, existir o sucumbir.
Angustia
despiden mis poros mi rabia como el hollín
mi sangre ya
no es mi sangre mi sangre se ha vuelto gris.
busco en
glorias anteriores para ver con lucidez,
busco gozos
en las sombras evadiéndome en el ser,
se rompe el
cielo y la tierra que ya no me deja ver.
Desparramado
en la sierra deje flores carmesí
desparramado
en el agua reflejo de lo que fui,
busco en el
blanco silencio la pureza de mí ser,
busco en el
fondo de mi alma el blanco de mi niñez.
Oigo voces
en mi mente, suenan, no se de quien,
alto,
fuerte, contundente, ya me siento enloquecer,
amado y
desamado, desdeñado y olvidado,
blanco y
negro por doquier.
Se rompe el
cielo y la tierra y lo que yo pude ser.
La luz me
absorbe y supera, siento y no siento,
tormento y
traición, venganza y ambición, mentiras sin razón.
¡Cuánto he
tenido y no tengo, cuánto fui y no soy¡
Ser y hacer
lo que quisieron de mí,
ser y hacer
obediencia fue mi fe,
añoranza de
mis hijos, añoranza de mí amada,
castigo he
de tener por tanto amor que me daban.
Espadas y
algodones cubrieron mi cama,
dueño,
criado, señor, esclavo, esposo y padre, todo y nada,
marioneta
refinada con las cuerdas recortadas.
Se disipo el
amor del pueblo muerto en si de tanto asedio,
se evaporo
mi fe, no supe guiar mi reino, no supe regir al pueblo,
para poder
contemplarme, abandono mente y cuerpo,
morir, para
mis adentros, vivir, sin estar viviendo,
es cuanto
quiero y espero es cuanto lloro pidiendo,
se rompe el
cielo y la tierra, suplico ya mi momento.
No oigo mi
ronca voz porque ya ni eso tengo,
que mis ojos
ya no ven que mi olfato huele a muerto,
ni mis manos
son mis manos cuando fueron mi sustento,
se rompe el
cielo y la tierra la mar que la llevo dentro.
¡Que puedo
pedir ¡ si puedo, para no sentir el hielo.
¿A Quién
puedo rezar? y pido que me endulce el sentimiento.
Para marchar
de mi tierra con el semblante disperso,
sin fijar la
vista en nada y atormentarme sintiendo,
se rompe el
cielo y la tierra y yo me rompo por dentro.
En mi tiempo
de destierro, Andarás mi cielo, mi infierno,
mil males
corroyendo.
Desnudo en
cuerpo y alma, desnudo no siento nada,
busco en
guerras y contiendas las espadas que me hieran,
fuerzo la
loca fortuna y ni siquiera me araña,
¡Cuan mal
hice¡ para aun seguir viviendo,
se rompe el
cielo y la tierra la espada que llevo dentro.
Canas
sembraron mis amaneceres presos,
grietas
surcaron mi piel al temor de tanto incierto,
mi tierra ya
no es mi tierra mí tierra son mis lamentos,
andaluz de
raza y casta, andaluz en vida y muerto,
no puedo
cambiar ni quiero lo que de mi ya dijeron,
no tengo
fuerzas ni quiero desmentir tantos entuertos,
mensajeros
que me traen conspiraciones e intrigas,
maquinaciones
perversas por el poder más incierto.
Se rompe el
cielo y la tierra mis hijos son mi sustento,
me acoge la
seca mar el país de mis ancestros,
consolarme
es cuanto busco y marcharme con el viento,
retener en
la memoria inolvidables recuerdos,
que me
arrastran que me embargan y a la vez ya no lo siento,
la paz se me
instalo dentro.
Se rompe el
cielo y la tierra me habéis dejado sin sueño.
Algo me
llevo en el alma, algo que ya no me arrancan.
Cuanto amor
me profesaron Granadinos de mi alma,
muestra que
guardo muy hondo,
mi sierra
blanca y nevada, Jazmines, rosas y malvas,
los patios y
las granadas y el agua que me emborracha.
Larga vida
me dio Alah para poder recordarla,
larga vida a
mi pesar, que lejos deje mi alma,
callejuelas
adornadas balcones con tanta gracia,
sabor de
tierra dulzona olor de las amapolas,
sabor al
agua de sierra y la mar tras las montañas.
Cuantos
cultos la idolatran y conviven sin pesanza,
cuanta
cultura dejaron cuanta historia reclamada,
mi sierra, mi
Alambra, mi Granada, mi Andalucía dorada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario