Pintura de Georgione Barbarelli |
De veinte a veinticinco querubines
con cetros destellando por bandera,
venturosa será mujer primera
que goce del camastro en sus maitines.
¿De treinta? Belicosos con florines
escarnio en corazón que conociera
y maltrecha materia lisonjera
en lividez suprema de festines.
Pasando los cuarenta no los mojes,
en prominente panza ya acechando
ni en matinal lascivia los enojes;
posible es que mejillas tú sonrojes
y de pascuas a ramos entonando
darán cordel a estáticos relojes.
¿ Sesenta? a
sima arrojes.
Maduro, pueril, ángel o demonio
no tomes a ninguno en matrimonio.
P- Gorricho.
Excelente soneto con un tema que me parece muy correcto, amiga Pilar.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo, me ha divertido y, además, me ha hecho ir rápidamente a buscar el de Quevedo, y ya me he quedado leyendo algunos otros poemas suyos. En realidad, solo conocía los más famosos -el de "érase un hombre a una nariz pegado"...- y me ha resultado muy instructivo leerlo, aunque indignante, claro, por machista, pero era en el siglo XVI y no podemos pedir peras al olmo. Gracias por compartir.
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