Llegó sin sombrero
y sin bufanda;
con ojos cansados de mirar
con manos ausentes
y sin navaja.
Besé sus labios
por un descuido suyo,
supieron a poco,
o a nada.
Llegó una tarde,
con sombrero,
con paraguas;
si llovía, no me acuerdo;
dijo algo y danzaron las palabras.
Fumaba,
y me escape en el humo
de su cigarro.
Yo vi al poeta una vez,
con un corazón de agua
en la cara;
y si llovía,
no me acuerdo,
¡hace tanto que fue ayer!
No hay comentarios:
Publicar un comentario