Quiero hacer un poema,
Quiero hacer el amor,
esto es un dilema,
o, más bien, no.
Quiero introducir las palabras,
sin que hieran, sin dolor,
entre tus versos, a horcajadas,
sin ningún pudor.
Los verbos, se retuercen,
la estrofa, se entrega,
las rimas, ya responden
sin ninguna pega.
Mientras escribo poemas,
mi mente está inquieta,
revive momentos con fonemas,
con vivencias del poeta.
Si me adentro en tus partes íntimas,
es tanto el regocijo, tanto el placer,…
que la razón no existe, es ínfima,…
y nada puedo, ni quiero saber.
Si enlazamos las rimas,
si juntamos nuestros pechos,
si sudamos gotas frías,
de poesía, de amor, por derecho.
Cuando hago poesía pensando en ti,
te hago el amor, sin tú saberlo,
y cuando escribo mucho de ti,
te estoy violando, sin quererlo.
Quiero hacer poesías infinitas,
quiero hacerte el amor, sin final,
quiero sentir cómo disfrutas,
aunque sea en mi mente, nada más.
La palabra amor fluye por mi boca,
cuando en la cama retozamos,
mientras palabra y cuerpo se desbocan,
y hasta nos enamoramos.
Hagamos poesía juntos,
Hagamos el amor juntos,
Escribamos el guión de nuestro amor,
Saboreemos nuestra poesía los dos.
Porque…
Haciendo el amor tú y yo,
hacemos poesía,
con nuestros cuerpos.
Escribiendo poesía sólo yo,
te hago el amor,
pero, sin tú saberlo.
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