La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

domingo, 10 de diciembre de 2023

Entrevista a Pura Fernández Segura, autora de Ciega claridad.

 


Háblanos un poco de ti.

Para empezar decir que hablar de mi misma, me resulta harto complicado. Sobre todo porque la percepción que solemos tener de nosotros es cambiante, brumosa y a la vez nítida, cuando la memoria bondadosa,  nos retrotrae a la edad de la inocencia. Pienso, que si algo nos define  es el tiempo de la infancia, con esa impedimenta apagamos el hambre y la sed del camino y abrimos el corazón  a los otros. A veces también quedamos sorprendidos  preguntándonos quien  pueda ese ser extraño,  que lleva nuestro rostro y que  apenas conocemos. Así pasamos la vida intentando averiguar quiénes somos y tengo mis dudas de que al fin lo logremos.

En cuanto a mi formación académica, soy Licenciada en Geografía e Historia y Grado en Ciencias Teológicas. Poeta, amante de la lectura e intelectualmente inquieta. Me ha interesado el estudio y el conocimiento en general como medio para entender  y dignificar mi  mundo y el mundo. Disfruto con la pintura y la música. Comparto a partes iguales mi gusto por la ciudad y  la contemplación de la naturaleza.

Comencé a escribir desde pequeña, cuando tuve conciencia de por alguna razón   mis ojos miraban las cosas de manera distinta, al resto de los niños de mi edad.

Detesto la ignorancia y  por esa razón intento leer, estudiar y profundizar en aquello que me interesa.


¿Qué podemos encontrar entre las páginas de Ciega Claridad, tu último poemario publicado?

Bueno, el  título del poemario, Ciega Claridad, puede dar algunas pistas sobre su contenido. He querido  fusionar dos palabras aparentemente enfrentadas: ciega y claridad, mediante el sortilegio del lenguaje poético, procurando que  cobren sentido y provoquen distintos pulsos interpretativos. Pulsos que transitan en torno a dos vertientes. En la primera, oscuridad y luz aparecen como elementos contrarios que se amalgaman en torno a la búsqueda de la identidad del ser y el deseo de transcendencia. Hay en este poemario un deseo de expresar esa pulsión que nos empuja a religarnos con el misterio, con lo Otro o si se quiere con  Dios desde una perspectiva creyente, como es mi caso. Es preciso atravesar la noche para contemplar el resplandor de la aurora. Cruzar el silencio y su desierto para dar con el agua y la sombra de las  palmeras. Será allí el lugar propicio  para las manifestaciones epifánicas. Cuando el sol está en su cenit y desaparece la sombra, porque quien se atreve a elevar la  mirada aún a riesgo de perder la los ojos,   descubre un espacio de luz extrema, un punto ciego, en el pudiera estar la nada y todo. Espacio lindero donde adivinamos la presencia de lo  sagrado, el deseo de completud, aquello que apenas somos capaces de decir porque rebasa la palabra misma.

En la segunda vertiente, el poemario transita por la luz y la oscuridad que en este caso, se plasman como principios coadyuvantes que vertebran la existencia humana: por un lado el amor, la belleza, el desprendimiento o la compasión y de otro lado el mal moral representado por la guerra, la soberbia, la hipocresía, la injusticia o la ambición desmedida.

Ambas vertientes fluyen ensambladas en las dos partes que conforman este poemario: Temet nosce y  cerrado de mis horas.

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Pienso que Ciega claridad se compone distintos elementos conceptuales que van orquestando un discurso poético  que le da unidad de sentido y solidez. La indagación, el  despojamiento y la introspección con que fueron  saliendo a la luz estos poemas, estimo  que  le infunden fuerza y verdad a una poesía depurada, sin artificio y que  aspira a conmover, provocar la reflexión o la interpelación.


¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

Pues supongo que he ido creciendo, aprendiendo y consolidando mi forma del “decir poético”. Si me resulta difícil hablar   mi misma, más complicado me resulta explicar o argumentar  acerca de la poesía que escribo, prefiero que  el lector  dé su opinión o en su caso el crítico.

 Sobre  Ciega Claridad,  entre otras cosas, se ha dicho que es un libro de madurez en el que la pulsión lírica adquiere una voz genuina que se reconoce por su singularidad. Poemas  impregnados por ese misterio inspirador que hace de la auténtica  poesía, verdad y emoción. Y donde  confluyen contenido y forma, experiencia vital, además de  una sólida formación intelectual.  Versos profundos que exhalan la zozobra que procura la mordedura del tiempo y también la claridad del amor que sostiene fragilidad  que nos acompaña.

Opiniones generosas que no puedo sino agradecer y que animan a seguir aprendiendo y profundizando…


¿Qué libro estás leyendo? ¿Por qué lo elegiste?

Pues ahora estoy leyendo una Antología de  textos filosóficos de María Zambrano.  A la par ando con la lectura de la obra de algunas escritoras y escritores de  cuales vengo impartiendo un Ciclo de Conferencias, en el Aula Permanente de la Universidad, en su sede de Guadix.


Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Sigo escribiendo… y a saber si cuajará o dará en un nuevo poemario.

No hay prisa, los libros salen cuando ellos quieren. Sólo hay dejarse para escuchar en silencio, lo que nos viene dicho…

 


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