Háblanos un poco de ti.
Soy una profesora de Lengua y Literatura vocacional, granadina, que, aunque llevo mucho tiempo trabajando fuera, principalmente en Jaén, sigo teniendo muy presente mi tierra.
Soy muy curiosa, me gusta mucho aprender y seguir creciendo en lo personal y en lo profesional. Desde siempre soy aficionada a leer, escribir, hacer teatro, … y estar implicada en tareas culturales, entre otras muchas inquietudes como la fotografía o la música.
Me interesa la cultura popular y la tradición oral que están en vías de extinción, sobre todo en nuestra zona. Y por supuesto, soy sensible a los problemas sociales que hay actualmente en el mundo.
Estoy muy concienciada con el tema del fomento de la lectura y las bibliotecas escolares. Trabajo en la Red de bibliotecas escolares de Jaén desde sus inicios.
Últimamente estoy explorando la enseñanza de adultos tanto en el instituto como en la UNED. Y llevo un año colaborando con el periódico Ideal de Jaén. El periodismo es otra profesión que siempre me ha atraído.
¿Qué podemos encontrar entre las páginas de El jardín herido?
Es un libro formado por cincuenta haikus y cincuenta imágenes de flores, plantas e insectos que fotografié en mi casa durante el confinamiento por la pandemia COVID. Además, ya está en la segunda edición y cuenta con dos prólogos magníficos de Manuel Molina González y de José Carlos Rosales. Y al final podemos encontrar un apéndice de carácter científico, sobre los nombres de plantas y animales.
Además, el libro incluye a través de tecnología NFC la posibilidad de acceder a contenido digital como tutoriales de Youtube en el que explico cómo escribir haikus, están todos los poemas en lengua de signos y en audiolibro. Y además permite la posibilidad de ampliación con las creaciones de los lectores.
¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?
El jardín herido es un libro que vino a mi encuentro después del confinamiento por la pandemia COVID. Más que un libro, yo lo considero una experiencia global que ha atraído a mucha gente y sigue atrayendo a través de mis talleres en centros educativos principalmente. Es una invitación a la belleza, a detenernos y atrapar el instante. Me ha hecho vivir experiencias muy gratas.
Es la unión entre lo lejano como es la cultura japonesa y lo más cercano que tenemos y que no nos hemos parado a observar. Los dos principales ingredientes son la originalidad y el mestizaje. Es un libro distinto, que funde fotografía, literatura, naturaleza, tecnología, lengua de signos,… Y sobre todo es una vuelta a casa, un homenaje a mi madre, que plantó ese jardín que nunca deja de dar frutos y belleza.
¿Cómo describirías tu trayectoria de escritora desde la primera publicación hasta esta última?
Sí que debo establecer un punto de inflexión a partir de la publicación de El jardín herido. En los últimos años he participado en más eventos literarios, he dado a conocer más mi obra, cosa que antes no había hecho con tanta intensidad.
He evolucionado desde la escritura como afición y como algo íntimo a una mayor difusión, consecución de premios literarios, … aunque la mayor parte de mi obra está inédita.
¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
Me gusta explorar distinto tipo de libros y géneros tanto en la lectura como en la escritura.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
Muchos proyectos empezados, aunque el proyecto principal es siempre seguir mejorando. Leer mucho y escribir más. Seguiré con mi artículo de opinión mensual en Ideal Jaén. Y además de esto, todo lo que me atraiga o crea que es el momento de retomar o dedicarle mi atención. Por suerte, siempre tengo muchas ideas y proyectos en la cabeza pendientes de materializar.
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