La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

sábado, 14 de septiembre de 2019

NADA CALA, Consuelo Jiménez.



Estaba lloviendo a cántaros sobre la ciudad,
los charcos morían a los pies de las casas,
en las habitaciones, indolentes humanos, yaciendo en el sofá, absortos ante modernos televisores,
hábiles en expandir un mar envenenado
de tristes sucesos,
acopio maligno anudado al fraude humano.
Sigue lloviendo a cántaros sobre la ciudad,
pero nadie escucha más que un leve goteo en los tejados.
Ha llovido, está lloviendo a cántaros.
Nada cala, sólo áridos corazones sin poder llorar, es triste, muy triste, no poder llorar.


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