Llevar dentro la
mañana
renovando gracias y
saludos
aunque se olviden
las respuestas.
Reflejarse en la
cara de los niños
que inundan las
bocas de sonrisas
y canciones nunca
olvidadas.
Sembrar brisas y
lluvias de hojas
desde el temblor
tímido de las nubes
que te miran desde
lo alto.
Hacer felices a los
amigos
con palabras
florecidas
y miradas cómplices.
Remover la madrugada
con espadañas
de luz que deshagan
todo entuerto
y melancolía.
Vivir y estar vivo.
Abrir puertas y
ventanas
un día más.
Los poemas de Tomás Sánchez Rubio son algo más que palabras. Es la vida que se desborda en cada verso.
ResponderEliminar¡Qué oficio más bonito!
ResponderEliminarSer portero de puertas que solo abren.