Porque solo tienes dos
ojos verdes para verme;  
ya quisiera que me
vieran 
y no fueran a
esconderse. 
Porque solo tengo dos
 ojos tristes para amarte, 
que sin ellos me
quedara 
por una noche tenerte.
Y si algún día lograra
 que tus ojos me miraran, 
no por fuera 
sino dentro de mi
alma… 
¡sería tan afortunada!
Por eso: Háblame
cuando te mire, 
mírame cuando te
hable. 
Ámame cuando te sueñe 
y suéñame cuando me
ames.
 
 

 
No hay comentarios:
Publicar un comentario