Desde la
razón intuitiva y en la más absoluta oscuridad,
encuentro la
luz para alcanzar mis metas,
la era que
comienza, desafía el espacio infinito,
hasta la
disposición visual de formas espaciales.
Miro este
suprematismo impulsado por el deseo de liberación
un punto
disperso sumergido en el abismo del universo,
con la
convicción de un color autónomo, puro,
enfocado a
formas geométricas fundamentales,
el cuadrado,
el circulo y la cruz.
“Negro sobre
blanco”
Fue la
perfección del no objeto penetrado de sensibilidad,
sin
necesidad figurativa.
“Blanco
sobre blanco”
la nada, el
silencio.
Y sigo
empeñado en rebuscar una misteriosa virtud que va más allá,
del tema y
contenido de la obra.
Nosotros los
suprematistas rehusamos la tradición
y los
mensajes sociales, este es el logro de la abstracción.
El
suprematismo, no toca, no mira, solo percibe.
Toda mi
evolución es un camino hacia la abstracción,
surgen rutas
del impresionismo, simbolismo, faubismo, primitivismo,
y ante todo
ello me reinvente y reinterprete en una sola corriente,
el
cubofuturismo.
Y al final
de mi obsesión experimente con el collage,
y por fin la
victoria de la abstracción sobre la representación.
Volví ha
representar figuras movido por la represión estalinista,
pero he de
decir algo que mucha gente no sabe,
que fui fiel a mi búsqueda de
la nada, hasta mis últimos días.
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