No hay una idea definida ni real de los animales, de
lo que son, de lo que sienten; no la tenemos, ni nos cuestionamos siquiera tenerla,
tan solo hacemos una división entre animales de compañía y de carne, aquellos
que nos nutren…; sin embargo todos los animales nos sirven fielmente a cambio
de nada, y estos últimos ni siquiera son, mínimamente, considerados por
nosotros, pasan a otra, aún, menor categoría, pese al servicio prestado… y tal
vez sea, haciendo un alarde imaginativo, porque en algún recóndito estado de
nosotros somos conscientes, nos miramos frente a frente y nos aterrorizamos del
espanto al que les sometemos, e insto al que no lo crea así a que visite, el
terrorífico lugar donde se les sacrifica a nuestros fines…; quedaría
espeluznado, y no sólo de su muerte, sino del terror al que los sometemos en
esas esperas oliendo sangre, el camino hasta llegar, la lentitud, su terrible espera…
Hay una película, quién no la ha visto, "El silencio de los
corderos..." en la que en un momento de ella, la protagonista piensa en su
mansedumbre caminando hacia la muerte..., el silencio de los corderos..
Descartes afirmó que los animales eran máquinas, máquinas
bien ensambladas y después algún cretino sin categoría alguna lo utilizó apoyándose
en él y haciendo una defensa a su fines: las corridas de toros, sin conocer,
siquiera, que estos animales junto con otros muchos, tienen los mismos
terminales nerviosos que los humanos, luego sienten el dolor físico de la misma
manera, exactamente, que los llamados "humanos…" Descartes hizo esa
afirmación basándose en una visión subjetiva sin conocimiento alguno de ellos
partiendo de lo que no sabía..., entonces no había medios ni interés alguno por
ampliarlo, sólo a través de cuadros, muy imaginativos..., basados en algún
conocimiento transmitido, lograban conocer cómo eran "otros..."
animales.
En la Antigüedad los griegos hacían ofrendas de
animales a sus dioses, al parecer un desplazamiento de su culpa, “al fin eran
los dioses los culpables al exigir el sacrificio…” aunque los motivos
subyacentes y reales, eran claramente carnívoros. Parece que era un sacrilegio
matar animales si no era a tal fin... Me pregunto si habrá algo de eso, o una
mala replica de ello, porque con marcado interés recaudatorio, la Iglesia
permitía la carne en Cuaresma bajo pago de la llamada bula. Tal vez una
reminiscencia griega, un mea culpa, aunque más “sano…” el planteamiento griego
y por otro lado, no creo que la Iglesia hubiese tenido escrúpulo emocional
alguno al sacrificio de animales, sin embargo de lejos, sin ninguna, duda no
llega ese impuesto clerical a cambio de...
Albert Camus, siendo niño, vio como su madre cortaba
el cuello a una gallina, la degollaba, el grito de dolor del animal jamás lo
olvidaría y posteriormente escribió un ensayo con el que causó gran revuelo y gracias
al cual se abolió la pena de guillotina.
Y los creemos tan diferentes a nosotros, su forma, su
expresión, carentes de nuestra "apreciada" expresión del habla y que
sin embargo la sustituyen por otra ajena a nosotros que no creemos acta para
considerarlos mínimamente en nuestro rango. Y si apareciese de pronto, pregunto,
si apareciese un Homo sapiens, qué haríamos con él, porque sería diferente, no
hablaría, apenas sería reconocible como ser humano, cómo lo catalogaríamos, lo
llevaríamos a un matadero, lo pondríamos una cadena al cuello, lo meteríamos en
una jaula.
No podríamos pensar, siquiera por un momento, creo que
nuestra arrogancia nos lo impide, que en la evolución, en la nuestra, quedaron
atrás los animales en una condición no acta para considerarlos nosotros los
humanos…, y, sin embargo, hay una gran aproximación a ellos, sería posible que se
hubiesen quedado en el camino al diversificarse las especies, mientras nosotros,
así como otros mamíferos superiores evolucionamos creando una especie distante
de la que procedemos. Según Darwin, todos
los seres vivos arrancamos de una misma especie... No seamos tan arrogantes,
nuestro antepasado fue un simio, procedemos de África y si alguno de nuestros
antepasados no hubiese arrancado a
caminar, a descubrir nuevos horizontes, tal vez nuestra piel sería ahora negra,
la tuya, la mía, tan negra como la que exhiben esos negros que algunos tanto
desprecian...
La caza es un rasgo de violencia en el ser humano, tal
vez la evacue a través de ella, es una forma más de violencia gratuita como es
la violencia en todas sus manifestaciones. Hubo un tiempo que la caza era el
medio, la posibilidad de alimento, acabó aquel tiempo y no entiendo la
satisfacción que reporta matar si no es para complacer la necesidad de sentirse,
estúpidamente, superior frente a seres indefensos.
En sus memorias Plutarco dice: “Si me preguntan por
qué no como carne, debo decir que me asombra que puedan meter en la boca el
cadáver de un animal, me asombra que no les repugne la carne arrancada de un
animal, tragar su jugo producido por heridas mortales”.
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