Nunca supo el secreto… Por
otra parte, para mi sentimiento, gota a gota de puro aljibe, textura
de eco guardado en el tiempo, donde sus entrañas engendran y expanden a la luz,
un te quiero, tan profundo como real.
Como un delicado céfiro
azul, entraste en mi claroscuro universo, bella
reminiscencia, juegos y risas en patio de gorriones y palmeras,
instantes de mediodía, de vivos colores en tu compañía,” niña de
olor a naranja”.
Se impone el olvido a las
raíces engendradas. Sigo sangrando intentando olvidar, otros campos yermos. En
la oscuridad se forja mi luz y en silencio, mi tintero,
caudal, zaguán abierto, pañuelo que enjuga mis miedos, vives y
olvidas.
Cuán acerada espina, es el
beso de labios silenciados, ígnea alma, minarete de plata en noches sin
nodriza, alas de espino elevan la febril quimera, de percibir el incienso
carmesí de la primavera, en un corazón otoñal.
Segundos de arena se
perpetúan en cuello de cristal, susurrando promesas rotas junto a la encalada
celosía.
Hoy, encadenados a la
realidad, solo somos huellas amparadas por el frescor de la piedra, añorado
incunable donde el aedo amanecer, expresó odas a la atardecida malva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario