La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

sábado, 30 de enero de 2021

HABLANDO DE LETRAS con Pilar Molero.


 


Licenciada en Comunicación Audiovisual, Máster en Escritura para Cine y Televisión y Máster en Gestión de Comunicación Política y Electoral. He trabajado en prensa escrita, radio y televisión. Durante 17 años he sido responsable de prensa y comunicación en un ayuntamiento (el de Guadix, en Granada), por lo que tengo una amplia experiencia en comunicación institucional. 

 

Llevo algo más de un año y medio en pleno proceso de reinvención, tiempo que he aprovechado para formarme como Copy Writer y para desarrollar algunos proyectos interesantes. Uno de ellos ha sido el proyecto "Senderos de Igualdad", de la Federación de Asociaciones de Mujeres de la Comarca de Guadix 'Sulayr'. El objetivo de este proyecto es, a rasgos generales, trabajar con asociaciones de mujeres del ámbito rural el empoderamiento y fomento de su participación activa, así como la visibilización de mujeres del territorio. 

 

En los últimos meses (desde el inicio de esta pandemia mundial) me he adentrado en el formato de moda, el pódcast, con proyectos tan interesantes como el ideado por Jesús Javier Pérez, “Todo va bien, Guadix”. Siempre apostando por ese periodismo basado en un optimismo responsable.

 

Y por acabar de definir un poco mi perfil, diré que llevo años implicada en el movimiento asociativo que trata de poner en valor la profesión periodística. De hecho, en la actualidad soy vocal de Formación en la Asociación de la Prensa de Almería y formo parte de la Comisión del Sello de Comunicación Responsable del Colegio de Periodistas de Andalucía, aunque antes también formé parte de varias directivas de la Asociación de la Prensa de Granada y fui Vicepresidenta de la Federación Andaluza de Asociaciones de la Prensa. 

 

1.       ¿Cómo surgió su interés por la profesión periodística? ¿fue algo accidental o elegido?

Siempre he querido ser periodista, desde bien pequeñita. Mi única otra opción fue ser bombera, deseo que surgió en mí después de una excursión escolar al parque de bomberos cuanto tenía seis añitos. Pero no tardé en descartar esa idea y en aferrarme a la que siempre ha sido mi vocación: el periodismo. Me encantaba ver en la tele a corresponsales como Rosa María Calaf o Arturo Pérez Reverte contándonos lo que pasaba en el mundo. Y soñaba con el momento en el que yo pudiera ser la que diera voz a los que no la tenían, la que contara al resto de la gente historias que nos ayudaran a comprender mejor la realidad. Así que dediqué todos mis esfuerzos académicos a conseguirlo. Tuve la suerte de entrar en la primera promoción de Comunicación Audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en una etapa en la que disfruté de una formación apasionante con grandes profesores y compañeros. Y tengo que decir que he tenido también mucha suerte de haber podido trabajar en esta profesión desde el mismo momento en el que acabé la carrera (incluso desde antes, porque con 17 añitos ya me encargaba de redactar el informativo para una emisora de radio local en la que me aceptaron como colaboradora), en ámbitos diversos pero todos igualmente apasionantes.

 

2.       ¿Piensa usted que la globalización y las nuevas tecnologías favorecen que la información llegue a todas las personas? ¿Podría hablarnos de los aspectos negativos y positivos de la globalización desde el punto de vista periodístico?

La globalización ha hecho que tengamos la sensación de que el mundo es pequeñito, de que todo está a nuestro alcance. Las nuevas tecnologías dan una inmediatez abrumadora, incluso inquietante. Pero todo eso hace que perdamos la esencia, que obviemos historias que se salen de lo global, que no tengamos el tiempo suficiente para elaborar las informaciones de forma contrastada y contextualizada, que haya una sobreinformación redundante que consiga precisamente lo contrario de lo que se supone que debería conseguir, porque al final muchos medios y periodistas se convierten en meros altavoces del discurso oficial. Es peligroso que periodistas y receptores de la información olvidemos nuestro espíritu crítico y nos limitemos a dar por bueno lo que nos cuentan esos medios a los que seguimos porque nos gusta lo que cuentan. Es una forma de cerrar los ojos ante una realidad diversa y compleja que merece ser analizada en profundidad, interpretada y contada por profesionales. Tener un móvil a mano que hace fotos y graba vídeos, escribir un texto de apenas cuatro líneas, no nos convierte a todos en periodistas.

 

3.       ¿Qué opina del periodismo en España? ¿Piensa que los profesionales de la información tienen suficiente independencia?

El principal problema de la profesión periodística es que es una profesión denostada y totalmente desprestigiada, muy mal pagada y del todo inestable. Conozco a muy pocos compañeros y compañeras que tengan un trabajo estable y digno, bien pagado y con horarios que permitan hacer una vida normal. El trabajo que antes hacían tres o cuatro personas ahora lo hace una por sueldos (que casi nunca son sueldos, sino retribuciones por piezas emitidas o publicadas) que serían del todo impensables e inaceptables en cualquier otra profesión. Existe la trampa de ser un trabajo vocacional que te da cierta relevancia y prestigio, pero de eso no se come. A final de mes siguen estando las facturas, porque los periodistas también tenemos la mala costumbre de comer, pagar la luz, el teléfono, el agua… Y si a eso le sumamos la gran crisis que atraviesan los medios, que no acaban de encontrar la fórmula para que se pague por contenidos informativos digitales (que son los que más se consumen), y que forman parte de grandes estructuras empresariales con intereses diversos, pues me temo que tenemos un panorama poco alentador. Con respecto a la independencia, creo que es más fácil defenderla como periodista que como medio, aunque también depende de los medios; el problema es que cuando hablamos de medios solemos pensar siempre en los mismos, pero hay muchos periodistas y muchos medios que están haciendo trabajos independientes y de gran calidad, lo que pasa es que no tienen tanto eco como otros, hay que buscarlos más. Pero por fortuna sigue habiendo muchos, muchísimos profesionales que entienden (entendemos) el periodismo como un servicio esencial y su ejercicio como una responsabilidad social.

 

4.       ¿Cree que el derecho a la información y a la libre expresión es respetado en nuestro país?

Creo que son derechos razonablemente asumidos y respetados, aunque a veces surjan sentencias que traten de limitarlos. Y, por supuesto, siempre ha habido y seguirá habiendo personas (a menudo con cargos públicos) que tratan de vetar a medios y a profesionales por el simple hecho de sentirse atacados por informaciones que pueden no gustarles, a pesar de que sean veraces, rigurosas y contrastadas. Hay quien piensa que la mejor manera de no airear lo que no se quiere que se sepa es “matar” al mensajero. Por suerte, las Asociaciones y Colegios de Periodistas están siempre vigilantes y alerta para denunciar los posibles ataques a estos derechos fundamentales que deberíamos defender todos, no solo quienes nos dedicamos al periodismo, porque la información nos hace libres, pese a quien pese.

 

5.       ¿En qué medio de comunicación se ha sentido más realizada trabajando? ¿Qué tipo de trabajo periodístico le gustaría desempeñar?

He tenido la suerte de disfrutar mucho de mi trabajo siempre. Quizás la radio sea el medio que más me guste, porque permite hacer grandes cosas con menos medios que la televisión, por ejemplo. Pero en todos me he sentido cómoda, en todos he descubierto cosas que me han encantado y he aprendido mucho en cada uno de ellos. Lo que sí puedo decir es que me atrae especialmente lo local; hablábamos antes de este mundo globalizado en el que estamos al tanto de lo que pasa en cualquier lugar del globo y, sin embargo, a veces desconocemos que alguien en nuestro municipio ha puesto en marcha una iniciativa innovadora. Siempre he creído en el efecto positivo y demostrativo que ejerce en un territorio el comprobar el gran potencial del mismo. Necesitamos referentes y el periodismo local es la mejor herramienta para proporcionarlos. También estoy convencida de la importancia de la palabra en la construcción de la realidad. Así que podría decir que me gustaría poder seguir haciendo un trabajo periodístico basado en un optimismo responsable, con vocación de servicio público, con perspectiva de género y capaz transformar nuestra realidad más cercana para hacer de este mundo un lugar mejor. Quiero seguir contando historias inspiradoras que nos ayuden a entender un poquito más esta compleja realidad. Al fin y al cabo, eso fue lo que me animó a ser periodista.

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