La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

jueves, 21 de noviembre de 2024

Entrevista a Víctor del Árbol, autor de "El tiempo de las fieras"

 


Háblanos un poco de ti.

No hay mucho que decir, más allá de lo que se expresa en mis novelas; tengo 56 años, nací en Barcelona de una familia de emigrantes del sur de España y siempre me ha interesado el tema de la identidad, la memoria familiar y la memoria de nuestro país. Publiqué mi primera novela a los 38 años y unos años después, gracias al éxito internacional de La Tristeza del Samurai, dejé mi trabajo en la Policía Autonómica Catalana, donde trabajé 20 años, para consagrarme a mi pasión de siempre, la escritura. Empecé a ser más conocido en el extranjero, sobre todo en Francia, antes que en España hasta que, en 2016, gané el Premio Nadal con La Víspera de Casi todo.


¿Qué podemos encontrar entre las páginas de El tiempo de las fieras?

Un espejo del siglo XXI, fieras de todo pelaje —desde las altas finanzas hasta la delincuencia más común—que confluyen en Lanzarote para dar caza a una joven de diecinueve años que guarda un secreto que puede cambiar el status quo de los poderosos. Una novela que conjuga Historia y novela negra, rápida, audaz, y que nos invita a dejar de ser las presas y pasar a la rebelión.


¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Sin duda en sus personajes, muy complejos y, por ello mismo, muy humanos, cercanos a nosotros. También juega su papel el paisaje: Lanzarote, Texas, Sarajevo, México...Hay un equilibrio perfecto entre la trama y la profundidad que la hace muy atractiva para todo tipo de lector.


¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

Un ascenso lento, a veces difícil, pero siempre estimulante. Escalón a escalón los lectores me han dado el empuje para convertirme en el escritor que siempre quise ser. Con los años he aprendido que la literatura es algo maravilloso, que te lo da todo, a cambio de que tú lo des todo también. 


¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

Acabo de releer Las Memorias de Adriano. Lo elegí al verlo en una librería y recordar cuánto me impactó a los 20 años, cuando soñaba con escribir novelas así.


Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Ahora toca viajar al frío polar, a las ballenas y a los secretos que esconde el hielo. En ello ando.

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Entrevista a Pepe Velasco Romero, autor de "Escritos desde el frente".




Háblanos un poco de ti.

 Pienso, que a veces me siento como un indigente mortal, sólo rico en fantasías y sueños, que intenta una y otra vez cortejar a la felicidad; que veleidosa y coqueta se resiste con empeño... Pero yo cual pertinaz enamorado, nunca cejo en el galanteo, una y otra vez intento besar sus labios, una y otra vez intento acariciar su cuerpo; ella obstinada se resiste con esmero, pero yo por siempre intentaré tenerla a ella, será mi quimera de por vida, porque no cejare en ello hasta que esté muerto... Me sueño un rapsoda, cuenta cuentos y narrados de historias y sueños. Poeta y escribidor que dirían otros, que intenta canta al amor, a la vida y a mi tierra: El Sur. Al sur y sus gentes; mis gentes. Sur omnipresente en mi obra: Andalucía, La Hoya de Guadix - La Accitania, perenne cronista por si misma a través del tiempo - y por ende un pueblecito ubicado en lo más agreste de esta hoya, donde yo, Pepe Velasco Romero desperté al mundo por primera vez, Los Baños de Graena.

 

 ¿Qué podemos encontrar entre las páginas de Escritos desde el frente?

  La guerra como pérdida de vidas, de valores, de promesas, de sonrisas. La guerra como fuente de injusticia y discriminación; como prueba de ignorancia y faltas de empatía. La guerra como causa y consecuencia de la intolerancia. La guerra propiciada siempre por la avaricia desmedida y el ansia de poder sin límites. Pero a la vez, a través de toda esta vorágine y revuelto con ella, se va abriendo paso el amor; entretejiendo hermosas historias, unas que perduran impasibles a través del tiempo, y otras que nacen y florecen en el mismo devenir de los personajes que habitan estas páginas, hasta llegar a nuestros días

 

 ¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

 Reside en ese horizonte utópico, siempre veleidoso y huidizo. En ese empeño de esperanza constante. En un perenne sueño y lucha decidida por un mundo mejor; siempre sustentado en la razón, la solidaridad, la empatía y el sentimiento, pienso que más importante y sobresaliente; el amor que a través del tiempo despunta y se antepone con brío a tanta mezquindad, sinrazón y barbarie.  

 

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

 En mi primera publicación, un tanto temeroso, quizá por pensar en “el qué dirán” o en sencillamente en que me hicieran una mala critica o que no pudiera interesar a nadie lo que yo escribía, pero luego el tiempo me ha ido puliendo y he concluido que yo escribo para mí y si a alguien le gusta lo que escribo, pues bien, y si no, pues también bien. Me doy el gusto a mí.   

 

 ¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

 Diría más bien los últimos, porque cuando me pongo, no leo engullo. El sicoanalista de John Katzenbach, El anillo de Atila, de Albert Salvadó.  El primero porque me gusta ese tipo de novela con tintes un tanto “históricos” El segundo, quizá, porque sea un tanto observador y me guste indagar en la mente y el comportamiento humano.

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

 Si, estoy casi terminando y dando retoques a una nueva novela, pero esta cambia diametralmente de temática con relación a las anteriores. Es una historia de amor, digamos, “del rosa al amarillo”, pero con tintes erótico festivos; es algo desenfadado y quizá hasta en algunos momentos licenciosa. Pero bueno, no quiero dar más datos, cuando salga ya la leeremos y opinaremos.     

 

 

 

Entrevista a Custodio Tejada, autor de "Rinzenmuseum".

 



Háblanos un poco de ti...

   Hace justo ahora un año que me hiciste estas mismas preguntas con motivo de la publicación de mi anterior libro Brújula Veleta, y en algunas de ellas me remito íntegramente a las respuestas de entonces. La verdad, como ya dije, me produce cierto pudor hablar de mí. Soy maestro. Ya he brincado los cincuenta y las alas del medio siglo me dan una perspectiva de la vida que no quita que siga pensando que lo mejor está por venir. Cada vez me gusta más la rutina del día a día o la gran aventura de las pequeñas cosas y los instantes. No sé para qué sigo escribiendo, quizá para conocerme mejor a mí mismo y lo que me rodea. Quizá para llegar antes al silencio. Mi silencio ya ocupa nueve libros, y parece el primer verso endecasílabo de otro poema.

 

¿Qué podemos encontrar en las páginas de Rinzenmuseum?

   Lo primero decir que es un nuevo poemario, el octavo. Y como he dicho en el Prólogo Kotobagaki que abre el libro: “Escribir un haiku (o cualquier estrofa japonesa) es una forma de impresión por gyotaku, de Sábana Santa. Gyotaku es una técnica japonesa de impresión que se realiza por contacto, como una especie de «protonegativo» fotográfico. En este caso la tinta es el lenguaje y el papel es el alma del poeta. Esa impresión se convierte en el testimonio de la ausencia, en la esencia misma de la huella. Igual que una sombra.” El poemario está dividido en cuatro partes. La primera “El jardín de los instantes luciérnagas o los trinos panojas” compuesto de 273 haikus-senryus-zappais-jiseis. La segunda parte titulada “Luminiscencias gyotaku” tiene 83 tankas-gogyokas. En las dos partes siguientes, la tercera que se titula “Cámara obscura” con diez poemas y la cuarta “Puente místico” con once, son poemas de mayor extensión.  En el poemario sentirás el abrazo entre la espiritualidad-transcendencia oriental y la espiritualidad-transcendencia occidental. De ahí el título que resume el alma del libro, Rinzenmuseum, compuesto por dos palabras, una japonesa Rinzen que significa “despertar súbito” y otra latina Museum que significa “lugar consagrado a las musas”. La contemplación y la meditación son los faros que lo habitan.

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

   En la contraportada del mismo se puede leer: “Rinzenmuseum tiene algo de templo, pero también de ágora y oráculo.” Es templo porque en él encontraréis espiritualidad y transcendencia. Es ágora porque en él también hay crítica social y diálogo con la consciencia individual y colectiva del autor y su época. Y también es oráculo porque muestra caminos, puedes encontrar preguntas más que respuestas, y además ofrece al lector sentimientos, emociones, ideas, pensamientos, valores, huellas, miradas… Y es así, como Rinzenmuseum se ha convertido, al menos para mí, en un camino si no místico, sí espiritual, reflexivo y contemplativo y también juguetón que empieza en uno y acaba en la otredad.

 

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

   Leo todo lo que puedo, intento aprender cada día y a veces escribo porque lo necesito. Me remito también a la respuesta de esta misma pregunta en la entrevista que me hiciste en diciembre de 2023 con motivo de la publicación de mi anterior libro Brújula Veleta. Y hoy además la describiría con el siguiente titular: Mi granito de arena. Incluso si alguna vez tuviera unas obras completas no me importaría que este fuera el título elegido en un momento dado.

 

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

   Suelo leer varios libros a la vez, y de distintos géneros, así cuando me canso de uno descanso en el otro, y viceversa. Últimamente estoy disfrutando de las relecturas que cada día me parecen más necesarias y muy reconfortantes, sobre todo ante el vértigo editorial en el que vivimos, donde los títulos nacen y mueren casi sin darte tiempo a disfrutarlos ni valorarlos debidamente y sin la promoción que debieran tener todos ellos. Es necesario también leer hacia atrás para seguir viviendo-escribiendo hacia adelante. Vivimos una época frenética, editorialmente hablando. Ahora mismo tengo entre manos Árida, el último libro de Antonio Tocornal, Premio Andalucía de la Crítica 2023,  un autor exquisito y extraordinario que tiene una prosa magistral y poética que te transporta al paraíso lector casi transubstancialmente. He leído varios de Antonio, pero elegí este simplemente para que me lo dedicara, me apetecía tener un libro suyo dedicado y como no he podido asistir a ninguna presentación cuando ha venido a Granada, aproveché la oportunidad que me brindó el ofrecimiento que hizo el autor por las redes sociales para hacerme con tan exótica presa literaria. Y en paralelo lector estoy con el último poemario de Gerardo Rodríguez Salas, Los hilos de la infamia, que también lo tengo dedicado. Otro autor que me gusta y además tengo la suerte de conocer y apreciar personalmente. Creo que fue su telaraña lectora exótica woke la que me atrapó, en este caso el libro de Gerardo me eligió a mí. He asistido a su presentación aquí en Guadix y me cautivó el espíritu zeitgeist del libro, su presencia poética y la puesta en escena. Me estoy volviendo un poco fetichista. Debe ser culpa de la edad y las manías que el paso del tiempo nos inocula.

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

   Pues a seguir leyendo y a confiar en las musas y el trabajo, a ver si me bendice el parnaso con alguna nueva sorpresa y sus sabios con alguna buena caricia. Mientras tanto seguiré disfrutando del camino que es la verdadera inspiración y recompensa de esta aventura lectora.

 

Entrevista a Mónica Doña, autora de "Oscura hierba"



        

         Háblanos un poco de ti.

Soy pudorosa y no me gusta hablar de mis cosas. Pero podría decirte -porque esto afecta a mi poesía- que nunca fui ni soy persona de ideas fijas. Quizá por ello, cada libro que escribo es diferente a los anteriores. Necesito cambiar de registro con frecuencia. No sé si llamarlo metamorfosis personal o mera contradicción. O directamente decir que no creo en eso de “la voz propia” que tanto interesa al canon para calificar y distinguir a poetas buenos y poetas malos. Creo en la poesía como rebelión a lo establecido que no se mueve y acaba siendo convencional.



¿Qué podemos encontrar entre las páginas de Oscura hierba?

Escribí el libro de haikus ‘Oscura hierba’ porque necesitaba alejarme de mi propia cultura que me estaba esclavizando. No me dejaba avanzar en mi curso poético que para mí es un continuo y necesario aprendizaje. Aquí el cambio de registro se convirtió en una ruptura. Parecía que se había abierto una grieta en el aire y me llegó la urgencia de respirar en otras geografías lejanas pero posibles. Así cambié el aire familiar del sonido de una campana por un golpe de gong. Y llegué a Japón y su brevísimo arte del haiku. Me cambió la mirada poética, la tuve que sesgar como los ojos de allí, pero mereció la pena y la alegría. Escribí muchísimos haikus, los cribé y guardé un buen manojo para publicar. Creo que elegí los que decían más con menos. No sé si eso es salirse de la ortodoxia oriental. Pero disfruté mucho.


¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

    Eso habría que preguntárselo a los lectores, y ni siquiera así, habría acuerdo. Al haber tantas composiciones, cada lector puede elegir los que más le gusten, los atrapen o les sorprendan. Para mí el factor sorpresa es muy importante, y ahí puede estar esa fuerza expresiva de la que hablas. Pero luego está el rigor, la propia exigencia de este tipo de escritura que es mayúscula; la palabra exacta, la fonética acorde, la puntuación indispensable para una lectura fluida al máximo. Delicadeza contemplativa, armonía sensorial, ritmo y acento limpio.

   ¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

    Mis libros hasta ahora han tenido buena acogida. Me he sentido a gusto en el mundillo poético. He aprendido mucho y sigo aprendiendo. Insisto en lo de aprender porque soy muy autoexigente y a la hora de encarar cada libro nuevo me exijo más. No daré nombres pero he tenido buenos maestros que han creído en mi poesía. También procuro no repetirme porque me aburre. Quiero creer que en mi obra publicada se pueden apreciar varios registros, como dije antes.  Cada libro nuevo lo he escrito como si partiera de cero.


    ¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

    Soy muy desordenada a la hora de leer, siempre hay varios poemarios en mi mesa. Voy pasando de uno a otro. Leo y releo alternativamente. De lo último que he leído destaco la MEDEA de Chantal Maillard. La he leído varias veces y sigue en mi mesa. Cuando no la he colocado aún en los estantes, por algo será. Chantal siempre nos da más de lo que esperábamos.


    Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

         Sí, tengo un nuevo libro recién acabado. Creo que es mi libro más trabajado, y en el que he procurado tocar cierto fondo, por decirlo de alguna manera. Llevaba tiempo rondando mi cabeza pero había por mi parte mucha resistencia a escribirlo, pero al final pude vencer el miedo, ya está escrito y me ha producido liberación. No debo decir más, ya se verá cuando se publique.